Envío el breve comentario sobre el evangelio de este domingo:
“Tuve hambre”.
Como siempre, es sólo una sugerencia inicial, para que se pueda elaborar un comentario colectivo, con la experiencia y la reflexión de cada uno. Cada uno puede intervenir y aportar, si quiere y cuando quiere, sus opiniones y reflexiones, que luego serán enviadas a todo el grupo.
Abajo, un aporte-retorno sobre el evangelio del domingo pasado:
“Los talentos”.
Un abrazo.
Bernardino
"Tuve hambre"
La experiencia religiosa del hombre ha buscado siempre un contacto, un encuentro con Dios, a través de los distintos caminos constituidos por las diversas religiones, con la variedad de sus ritos y sus templos.
El pueblo judío ha construido el templo de Jerusalén como símbolo de la presencia de Dios y lugar de su manifestación. Tiene que haber caído terrible la sentencia de Jesús a los oídos de sus discípulos: “Les aseguro que no dejarán ahí piedra sobre piedra que no derriben”. Entonces, ¿dónde se puede encontrar a Dios? ¿Dónde se puede ver su rostro, como invocaba el Salmo: “Muéstrame tu rostro, Señor”?
Texto Evangelio de san Mateo 25, 31-46... nos abre un horizonte insospechado:
DOMINGO Lecturas Domingo 34º del Tiempo Ordinario - Ciclo A
Jesús dijo a sus discípulos:
Jesús dijo a sus discípulos:
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y El separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquéllas a su derecha y a éstos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: «Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; era forastero, y me alojaron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver».
Los justos le responderán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?»
Y el Rey les responderá: «Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo».
Luego dirá a los de su izquierda: «Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; era forastero, y no me alojaron; estaba desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron».
Éstos, a su vez, le preguntarán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, forastero o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?».
Y Él les responderá: «Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo». Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna.
Palabra del Señor.
Jesucristo, Rey del Universo
Podríamos considerar...
este texto como la revelación sobre el juicio último de la humanidad al final de los tiempos. Pero el evangelio de san Mateo quiere ponernos frente a la realidad de hoy, para que hoy sepamos mirarla con los ojos de Dios. Con los ojos humanos hay muchas cosas que no vemos, o no queremos ver. Pero Jesús, con el relato del “juicio de las naciones”, nos quita el velo para que aprendamos a ver ya ahora el rostro de Dios, no atrás de las nubes de incienso de los templos, sino en el hermano que tiene hambre, sed, está desnudo, está preso. Para el discípulo y la discípula de Jesús hay un camino de aprendizaje: “Él que escucha mi palabra y la pone en práctica”. La palabra de Dios va educándonos a reconocer al Señor allí donde se encuentra verdaderamente y a luchar contra “las estructuras de pecado”, que producen marginación, hambre, muerte, justificadas a veces en nombre de Dios.
La sorpresa tendría que darse...
para los que no conocen a Jesús, y que igualmente lo sirven en los hermanos necesitados, y en los mismos hermanos pequeños portadores de la Buena Noticia. Muchísimas personas han luchado, y muchos han dado su vida, para “un reino de justicia, de amor y de paz” inspirados por una ley de Dios escrita en sus corazones, pero sin haber conocido o aceptado el evangelio. Para todos el abrazo divino: “Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino”.
Y al contrario...
la dura condena para los que no han abierto su corazón a la solidaridad: “Aléjense de mí, malditos”, no quiere asustarnos abriendo frente a nuestros ojos las puertas aterradoras del infierno, sino transmitirnos la sabiduría para no desperdiciar el tiempo presente y reconocer a Jesús hoy en una lista mucho más amplia de hermanos y hermanas necesitados: era huérfano, viuda, desempleado, niña violada, madre soltera, mujer golpeada, migrante, analfabeto, discriminado, explotado, perseguido, drogadicto, divorciado, excomulgado, sin tierra, torturado, deportado, desaparecido, enfermo de Sida, abusado sexualmente, niño especial… E inmensas regiones del planeta en que la vida humana no vale nada: pueblos hambrientos, abandonados, excluidos, naturaleza contaminada, desolada, el flagelo de la guerra, y “el pobre vendido por un par de sandalia”.
Y tú, ¿qué haces por mí?
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Comentario del pasado del DOMINGO PASADO OSM 2011
El domingo pasado estuve en una celebración ecuménica. Leyeron la parábola de los talentos. Nunca me gustó esta parábola, y este domingo me vino el pensamiento que sea una parábola muy capitalista. En los ojos del dueño sólo los dos hombres que han podido aumentar el número de los talentos han actuado de manera buena y por eso él los alabó. El tercero que ha guardado el talento para no perderlo ha sido castigado. No entiendo eso. El último tampoco a perdido o malgastado el talento; sólo no ha arriesgado de invertirlo por el miedo del dueño. Los otros han arriesgado los talentos, tuvieron suerte que el dinero aumentó. Habrían podido tener mala suerte y perderlo. En la vida es igual: hay gente que tiene diferentes talentos, pero por mala suerte, por falta de oportunidad para tener formación, o por enfermedad u otra causa, no han podido desarrollar sus talentos.
Bueno, no soy teóloga. Es simplemente como yo lo interpreto. Tal vez es mala interpretación.
Catherine Goumoens – Suiza
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Sí, el miedo paraliza. Y básicamente, el miedo al dolor. Por eso tratamos de huir de él a como de lugar. Nos encerramos en nosotros mismos, llevamos una vida superflua y llena de "pastillas" que nos entrega este mundo para no sentirlo. Por eso no amamos o huimos del amor, porque sentimos miedo de que no nos amen.
Pensemos primero en que Dios nos amó mucho antes de que naciéramos. Por lo tanto, él nos ama sabiendo que a lo mejor no lo vamos a amar. Él entregó a su hijo a la muerte, y muerte dolorosa en la cruz, sabiendo que lo más probable era que no lo íbamos a entender, ni tampoco a amar.
Dios nos regaló a todos el don del amor, que es el mayor y principal don del Padre. Sin ese amor divino, no somos capaces de nada. Abandonémonos en su amor, recibamos con alegría la cruz de Cristo, que es la expresión de amor por excelencia. Entonces Jesús nos dirá al final del camino: "Gracias por amar, gracias por amarme, era lo único que te pedí. Ahora puedes gozar del amor infinito de mi Padre".
Lorena, Santiago – Chile
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Nuevamente Jesús se refiere a la forma de participar en la construcción del Reino, y lo hace de tal manera que se refiere a los “talentos”. En muchos momentos se ha utilizado mal esta enseñanza por quienes interpretaban e interpretar como una autorización para acumular más y más dinero y luego tener asegurado el ingreso, como dice la parábola, “a participar en el gozo del Señor”. En verdad es difícil a veces entender qué talentos nos ha dado a cada uno y seguramente el más cercano es el de ser “profetas”, anunciar y denunciar; anunciar la liberación, la justicia, el derecho, la vida en comunidad, la solidaridad y denunciar los anti valores cristianos, denunciar la muerte en todas sus formas. Denunciar la corrupción, denunciar la mentira.
Francisco, Oruro – Bolivia
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