Te envío un breve comentario
sobre el evangelio de este 4to Domingo de ADVIENTO 2012 :
“BENDITO ES EL FRUTO DE TU VIENTRE".
La reflexión, como siempre, es sólo una sugerencia inicial, para que se pueda elaborar un comentario colectivo, con la experiencia y la reflexión de cada uno. Cada uno puede intervenir y aportar, si quiere y cuando quiere, sus opiniones y reflexiones, que luego serán enviadas a todo el grupo.
Abajo un aporte-retorno sobre el evangelio del domingo pasado:
“¿QUÉ DEBEMOS HACER?”.
Aprovecho para desearte de todo corazón
¡¡¡ UNA FELIZ NAVIDAD !!!
Un abrazo.Bernardino
Aprovecho para desearte de todo corazón
¡¡¡ UNA FELIZ NAVIDAD !!!
Un abrazo.Bernardino
“BENDITO ES EL FRUTO DE TU VIENTRE".
Para ingresar a la celebración del misterio de la Encarnación del Señor en la Navidad, la liturgia orienta previamente nuestra mirada hacia la Virgen María, para entrar de la mano de la madre a la contemplación del Hijo.
Leemos en el evangelio de san Lucas 1, 39-45:
Durante su embarazo, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas ésta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”.PALABRA del SEÑOR
Después de haber manifestado...
su aceptación al ángel Gabriel, que le anunciaba que iba a ser la madre del Salvador, María no se cierra en la contemplación de su extraordinario privilegio: se pone en camino para visitar a su parienta Isabel.
Partió “sin demora”. Es la urgencia de ver y celebrar el “signo” que el Ángel le había revelado: “También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez”. Y es sobre todo la urgencia de ponerse al servicio de Isabel, embarazada ya de seis meses, sin duda necesitada de ayuda. María, habitada por el hijo que crece en su vientre, lo lleva al encuentro de la vida que florece. No se hace sólo “servidora del Señor”, como se ha declarado, sino también servidora de los demás.
Lucas subraya esta actitud de María...
y la ofrece como modelo para la futura comunidad de los discípulos y discípulas de Jesús: serán seguidores de él, mirando a la madre y aprendiendo de ella la escucha de la palabra de Dios y la prontitud y generosidad en el servicio.
En el relato del viaje, de Nazaret a Jerusalén, vemos que Lucas quiere transmitirnos la idea que María repite los detalles del traslado a Jerusalén del Arca de la antigua Alianza. En el Arca estaban contenidas las tablas de piedra de la Ley de Moisés; ahora en María embarazada, la nueva Arca, está contenido Jesús, el que sellará con su sangre la Alianza nueva y definitiva.
El encuentro de las dos madres está...
lleno de alegría, de gritos y cantos: celebran lo imposible hecho posible en sus vientres. Isabel era anciana y estéril, María era virgen: ahora las dos son madres, “por que no hay nada imposible para Dios”. Todo el mundo ha como desaparecido, está en silencio. Se oyen sólo las voces felices de las dos mujeres, mientras el niño que será Juan el Bautista, salta de alegría en el vientre de la madre. No aparecen ni sabios ni poderosos del mundo en este momento. La historia verdadera pasa por estas dos mujeres y los niños que llevan en sus vientres.
Isabel, profetisa “llena del Espíritu Santo”...
representa la antigua Alianza, y reconoce en María, aurora de la nueva Alianza, la bendición de Dios. Dios es el Bendito, porque es el dador de la vida, de la fecundidad y la abundancia. María ha sido bendecida no sólo porque engendra vida, como todas las madres, sino porque engendra al mismo autor de la vida, Jesús. El saludo de Isabel a María queda integrado definitivamente en la oración de la comunidad cristiana: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!”.
Isabel manifiesta su asombro por la visita de María: “¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?”. Son las mismas palabras llenas de temor del rey David frente al Arca de la alianza: “¿Cómo va a venir a mi casa el Arca del Señor?”. María es proclamada por Isabel “la madre de mi Señor”, y Jesús ya es reconocido “el Señor”, en una confesión claramente mesiánica.María ha creído en las promesas de Dios, como Abraham, el padre en la fe: ella ahora, la dichosa madre en la fe, es la destinataria de la primera bienaventuranza: “Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”. Así la reconoce Isabel, la esposa de Zacarías, el anciano sacerdote, mudo por no haber creído
ESPERAMOS TUS COMENTARIOS
¡¡¡ SIEMPRE BIENVENIDOS !!!
Bernardino Zanella > bernardino.zanella@gmail.com
Gustavo Llerena > gusosm@yahoo.es
LECTIO TERCER DOMINGO DE ADVIENTO 2012
¿QUÉ DEBEMOS HACER?
Hizo eco en mí la pregunta: ¿qué debemos hacer, para vivir la conversión? Y Juan a cada uno iba señalando aquello que había perdido en su caminar: a la gente la fraternidad, el compartir; a los publicanos su honradez en el cobro de impuestos; a los soldados su transparencia en las denuncias.
Y brotaba en mí la pregunta: en la vida consagrada, ¿qué debemos hacer? Vemos cómo en muchos de nuestros hermanos se ha perdido el norte, se ha perdido a Cristo como el centro de nuestra vida. Creo que estoy afectada por lo de padre Cristian y de otros y tantos... Y yo, ¿qué debo hacer? ¿Qué me diría Juan Bautista? Tal vez, como ellos, no exigir lo que no hago, contentarme con mi sueldo y compartir fraternalmente con el que no tiene, saludar estrechando la mano al borracho tanto como al rico, y tener en el centro de mi vida al Señor. Sólo así podré ser testimonio de vida consagrada, mostrando lo que es realmente: una vida consagrada al Señor y no a mis intereses, triunfalismos y poder. Ojalá pueda ser trigo que él recoja en su granero.
Hilda, Llolleo – Chile
* * *
"Sin evasiones espiritualistas": ¡Que gran verdad! Estoy más que sorprendida del "festival espiritual 2012" que transcurre ante nuestros ojos: mágicos senderos, galácticos, transformación del ADN, cirugías neuronales hacia la iluminación... un mundo de palabras y más palabras huecas, ilusorias, distractoras del único camino posible: observar y aceptar nuestra insignificancia, nuestras miserias egoicas que nos llevan por el camino de la soberbia y falso poder, y reconvertirnos o sea llevar nuestras miradas a nuestros corazones donde siempre residió la verdadera y única Luz de la que somos parte, la luz del Amor.
Ojalá la parafernalia espiritualista que se ha disparado no siga confundiendo a buscadores honestos en su camino hacia la verdad y hacia la bondad.
Isabel, Citybell, La Plata – Argentina
* * *
Juan escucha el llamado del Señor y se va al desierto donde el Señor siempre habla en la soledad, al corazón del hombre: a nosotros también nos llama. Juan va allanar el camino, para la llegada del Mesías esperado. Hoy sabemos que el Mesías está en medio de nosotros, esperando para que cambiemos nuestra vida, haciéndola más perfecta para vivir según el plan de Dios. Saber que el Señor me llama hoy, y en este tiempo de adviento, debo entrar en mí mismo y tratar de cambiar todo aquello que no es bueno para el plan de Dios. Pero todo lo lograré, si Él me levanta, y me libera de mis cadenas.
María Teresa, Santiago – Chile
* * *
La comprensión de un verdadero cambio es muy difícil en estos tiempos y en nuestra realidad. Seguramente para el pueblo judío en la época del Evangelio también era difícil y complicado, teniendo a los romanos al frente con un sistema de opresión tan fuerte, que el castigo era morir en la cruz a quienes se oponían al sistema de dominación, al pago de impuestos, a la destrucción de su cultura, religión y al sistema colonialista de esa época.
En esas circunstancias, Juan Bautista con su verdadero carisma profético, invita al pueblo a cambiar en varios aspectos de su vida, principalmente en la parte social: “el que tenga dos túnicas reparta una”. También la propuesta para cambiar es dirigida a los cobradores de impuestos, tanto para los romanos, pero principalmente para las autoridades judías, quienes son cómplices de todo tipo de injusticias.
Juan Bautista traduce su mensaje en la propuesta de otros dos profetas, de Isaías que pide: buscar la justicia, socorrer al oprimido, defender al huérfano, proteger a la viuda, y de Amos, que a propósito de los ritos vacíos dice “Yo aborrezco y desprecio sus fiestas, me repugnan sus reuniones litúrgicas… Corra como el agua el derecho, y la justicia como arroyo inagotable.
Francisco, Oruro – Bolivia
Hizo eco en mí la pregunta: ¿qué debemos hacer, para vivir la conversión? Y Juan a cada uno iba señalando aquello que había perdido en su caminar: a la gente la fraternidad, el compartir; a los publicanos su honradez en el cobro de impuestos; a los soldados su transparencia en las denuncias.
Y brotaba en mí la pregunta: en la vida consagrada, ¿qué debemos hacer? Vemos cómo en muchos de nuestros hermanos se ha perdido el norte, se ha perdido a Cristo como el centro de nuestra vida. Creo que estoy afectada por lo de padre Cristian y de otros y tantos... Y yo, ¿qué debo hacer? ¿Qué me diría Juan Bautista? Tal vez, como ellos, no exigir lo que no hago, contentarme con mi sueldo y compartir fraternalmente con el que no tiene, saludar estrechando la mano al borracho tanto como al rico, y tener en el centro de mi vida al Señor. Sólo así podré ser testimonio de vida consagrada, mostrando lo que es realmente: una vida consagrada al Señor y no a mis intereses, triunfalismos y poder. Ojalá pueda ser trigo que él recoja en su granero.
Hilda, Llolleo – Chile
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"Sin evasiones espiritualistas": ¡Que gran verdad! Estoy más que sorprendida del "festival espiritual 2012" que transcurre ante nuestros ojos: mágicos senderos, galácticos, transformación del ADN, cirugías neuronales hacia la iluminación... un mundo de palabras y más palabras huecas, ilusorias, distractoras del único camino posible: observar y aceptar nuestra insignificancia, nuestras miserias egoicas que nos llevan por el camino de la soberbia y falso poder, y reconvertirnos o sea llevar nuestras miradas a nuestros corazones donde siempre residió la verdadera y única Luz de la que somos parte, la luz del Amor.
Ojalá la parafernalia espiritualista que se ha disparado no siga confundiendo a buscadores honestos en su camino hacia la verdad y hacia la bondad.
Isabel, Citybell, La Plata – Argentina
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Juan escucha el llamado del Señor y se va al desierto donde el Señor siempre habla en la soledad, al corazón del hombre: a nosotros también nos llama. Juan va allanar el camino, para la llegada del Mesías esperado. Hoy sabemos que el Mesías está en medio de nosotros, esperando para que cambiemos nuestra vida, haciéndola más perfecta para vivir según el plan de Dios. Saber que el Señor me llama hoy, y en este tiempo de adviento, debo entrar en mí mismo y tratar de cambiar todo aquello que no es bueno para el plan de Dios. Pero todo lo lograré, si Él me levanta, y me libera de mis cadenas.
María Teresa, Santiago – Chile
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La comprensión de un verdadero cambio es muy difícil en estos tiempos y en nuestra realidad. Seguramente para el pueblo judío en la época del Evangelio también era difícil y complicado, teniendo a los romanos al frente con un sistema de opresión tan fuerte, que el castigo era morir en la cruz a quienes se oponían al sistema de dominación, al pago de impuestos, a la destrucción de su cultura, religión y al sistema colonialista de esa época.
En esas circunstancias, Juan Bautista con su verdadero carisma profético, invita al pueblo a cambiar en varios aspectos de su vida, principalmente en la parte social: “el que tenga dos túnicas reparta una”. También la propuesta para cambiar es dirigida a los cobradores de impuestos, tanto para los romanos, pero principalmente para las autoridades judías, quienes son cómplices de todo tipo de injusticias.
Juan Bautista traduce su mensaje en la propuesta de otros dos profetas, de Isaías que pide: buscar la justicia, socorrer al oprimido, defender al huérfano, proteger a la viuda, y de Amos, que a propósito de los ritos vacíos dice “Yo aborrezco y desprecio sus fiestas, me repugnan sus reuniones litúrgicas… Corra como el agua el derecho, y la justicia como arroyo inagotable.
Francisco, Oruro – Bolivia
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