"ÁMENSE LOS UNOS A LOS OTROS"

viernes, 28 de diciembre de 2012

“TE BUSCÁBAMOS ANGUSTIADOS”.

Querido/a Amigo/a:

Te envío un breve comentario sobre el evangelio de este domingo:

“TE BUSCÁBAMOS ANGUSTIADOS”.
La reflexión, como siempre, es sólo una sugerencia inicial, para que se pueda elaborar un comentario colectivo, con la experiencia y la reflexión de cada uno. Cada uno puede intervenir y aportar, si quiere y cuando quiere, sus opiniones y reflexiones, que luego serán enviadas a todo el grupo.
Abajo un aporte-retorno sobre el evangelio del domingo pasado:

“BENDITO ES EL FRUTO DE TU VIENTRE”.

Espero hayas pasado una Buena Navidad.
 Aprovecho para desearte de todo corazón
 un Feliz Año Nuevo 2013.
              Un abrazo... P.Bernardino

                                            

                   “TE BUSCÁBAMOS ANGUSTIADOS”.      


Después de la contemplación del Niño Jesús en el pesebre el día de Navidad, la liturgia nos invita a levantar la mirada y nos propone recordar que ese niño ha nacido en una familia. Por eso el domingo después de Navidad celebramos a la Sagrada Familia.

Cuando hablamos de la familia, muchas veces hacemos referencia a modelos de familia que consideramos definitivos, y en cambio muy a menudo son el resultado de procesos históricos y sociales muy complejos. El evangelio mismo, más que modelos, nos transmite valores para la familia y sus integrantes.

Leemos en el evangelio de san Lucas 2, 41-52:

Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de El. Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: “Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados”. Jesús les respondió: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que Yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?”. Ellos no entendieron lo que les decía. El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres.

PALABRA del SEÑOR



Los padres de Jesús, María y José...
son fieles cumplidores de la ley. A los ocho días del nacimiento del niño, se preocupan de su circuncisión; a los cuarenta días lo presentan al templo; y a los doce años, cuando se hace “hijo de la ley”, lo llevan a Jerusalén para la peregrinación pascual. Parece un niño destinado a reproducir las características de una familia patriarcal, que vive su fe en el riguroso cumplimiento de todas las normas religiosas. Y esa es la esperanza de sus padres.

En cambio Jesús, con sus primeras palabras transmitidas por el evangelio de san Lucas, a los doce años revela otra vocación. Cuando los padres regresan de la peregrinación a Jerusalén, él se queda en el templo. Y como le reprochan el hecho, porque lo habían buscado por todas partes por tres días, él manifiesta su verdadera identidad: “¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?”. María le había dicho: “Tu padre y yo te buscábamos angustiados”. Había invocado la pertenencia a la familia, la autoridad del padre como el que cuida y transmite el patrimonio de las tradiciones familiares, reprochando a Jesús el dolor que había causado y pretendiendo reconducirlo a la dependencia paterna.
Jesús declara que su padre es otro, el Padre celestial: revela a Dios como Padre, se revela como su hijo, y anuncia cuál será su misión: “Ocuparme de los asuntos de mi Padre”.
Es una revelación que María y José...

no pueden entender. María va acumulando y guardando en su corazón la memoria de hechos y palabras incomprensibles de que es testigo. Recuerda la visita de los pastores al niño recién nacido y el anuncio de los ángeles que ellos comentaron; recuerda las misteriosas palabras del anciano Simeón; ahora graba en su corazón la respuesta tan rara del hijo: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían…?”. No. No lo sabían. ¿Y cómo no buscar a un hijo que se ha perdido? ¿Y de qué manera Jesús tendrá que ocuparse de los asuntos de su Padre? María escucha, piensa, trata de comprender, guarda amorosamente. Un día por fin podrá entender, cuando la luz de la Pascua inundará su corazón. Entonces podrá compartir con los discípulos del Resucitado todo el tesoro de sus memorias.




Se hará evidente que ese niño...
que “hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas”, es el único verdadero Maestro, y que esos tres días de oscuridad y dolor en la búsqueda angustiada, han sido un adelanto de la búsqueda angustiada de los discípulos en los días de su pasión y muerte, hasta que “al tercer día”, llenos de alegría, ya no busquen “entre los muertos al que está vivo”.Cumplida su misión en Jerusalén, Jesús “regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos”. Después del relámpago de la revelación en el templo, retoma su lugar en la familia. Pero las cosas ya no serán más como antes. “Iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres”. Parece un muchacho como todos, pero es el Hijo, que se prepara para dedicarse totalmente a “los asuntos” del Padre, manifestándolo con sus palabras y sus obras.

ESPERAMOS TUS COMENTARIOS
¡¡¡ SIEMPRE BIENVENIDOS !!!

Bernardino Zanella > bernardino.zanella@gmail.com
Gustavo Llerena > gusosm@yahoo.es


                             LECTIO DEL CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO
                                "BENDITO ES EL FRUTO DE TU VIENTRE"
En estos momentos tan especiales para la humanidad en que se va recordar el nacimiento de un niño, que cuando hombre va hablar y practicar la solidaridad, justicia y respeto de los derechos, es difícil imaginar algún gesto de solidaridad como el de María, la madre de Jesús, en grupos que hacen más grande la brecha entre los pocos que tienen más y los muchos que piden un pan para sobrevivir.

Sin embargo, la sociedad está pensando en los gastos, en la comida, el vestido, etc., y muy poco les importa la presencia en nuestras vidas de esos mensajes de cambio que deberían ser practicados permanentemente. La frase más importante de la prima de María: “Feliz de ti por haber creído” es una llamada de atención para todos, sabiendo que existe poco interés en aceptar la llegada en nuestras vidas de un verdadero cambio


   Francisco, Oruro – Bolivia                   

* * *

Alégrate, llena de gracia (Lucas 1, 26-38).

El saludo del Ángel y el Ave María hacen que la anunciación sea el relato del Evangelio más conocido y repetido. La vida cristiana lleva en su corazón y tiene como principio y como finalidad la encarnación del Verbo.

La primera escena que presenta en su evangelio Lucas, se desarrolla en el Templo; ahora en la “casa”, porque Dios finalmente ha encontrado la casa de la cual el templo es figura. Es la morada que Dios buscó desde toda la eternidad. Finalmente el Amor es amado: ha encontrado una casa donde puede habitar y la casa del hombre ya no está desierta. La encarnación es el comienzo de un amor que será más fuerte que la muerte.

“Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Este pasaje, colocado al comienzo de la Buena Noticia, es su clave de lectura: cada relato que sigue me propone como a María, que “me alegre” y me ofrece el Verbo que espera mi “sí” para hacerse carne en mí, con la fuerza del Espíritu Santo.

¡Alégrate! Es el único saludo de Dios que comienza así. Es, en síntesis, la finalidad de toda revelación: la propuesta que Dios hace al hombre es el ofrecimiento de su alegría, que es El mismo. “El Señor está contigo”. Él es mi otra parte, que siempre quiere estar conmigo, hasta cuando también yo esté con Él. “Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc 23, 43). Repito, cada relato del Evangelio me muestra uno de los modos diferentes con los cuales Él está conmigo, en mi historia de cada día.

Al inicio de esta “pasión” de Dios por el hombre, Adán respondió: “me escondí” al Amor que lo buscaba. Desde el inicio de la historia humana, nunca Él ha dejado de buscarnos. Ahora en María la misma humanidad responde: “Heme aquí”, a Aquél que desde siempre ha dicho: “heme aquí” a quien no lo buscaba. “Yo ofrecía respuestas a los que no preguntaban, salía al encuentro de los que no me buscaban; decía: Aquí estoy, aquí estoy, al pueblo que no invocaba mi nombre” (Isaías 65, 1). El amor que siempre había sido rechazado, ahora se siente acogido. Él amor que siempre había sido rechazado, ahora se siente amado.

“El ángel la dejó y se fue”. ¿Dónde se encuentra ahora? Está aquí conmigo para hacerme la misma propuesta, en espera de mi respuesta.


   Joel, Puerto Aysén – Chile                  







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