"ÁMENSE LOS UNOS A LOS OTROS"

viernes, 28 de diciembre de 2012

“TE BUSCÁBAMOS ANGUSTIADOS”.

Querido/a Amigo/a:

Te envío un breve comentario sobre el evangelio de este domingo:

“TE BUSCÁBAMOS ANGUSTIADOS”.
La reflexión, como siempre, es sólo una sugerencia inicial, para que se pueda elaborar un comentario colectivo, con la experiencia y la reflexión de cada uno. Cada uno puede intervenir y aportar, si quiere y cuando quiere, sus opiniones y reflexiones, que luego serán enviadas a todo el grupo.
Abajo un aporte-retorno sobre el evangelio del domingo pasado:

“BENDITO ES EL FRUTO DE TU VIENTRE”.

Espero hayas pasado una Buena Navidad.
 Aprovecho para desearte de todo corazón
 un Feliz Año Nuevo 2013.
              Un abrazo... P.Bernardino

                                            

                   “TE BUSCÁBAMOS ANGUSTIADOS”.      


Después de la contemplación del Niño Jesús en el pesebre el día de Navidad, la liturgia nos invita a levantar la mirada y nos propone recordar que ese niño ha nacido en una familia. Por eso el domingo después de Navidad celebramos a la Sagrada Familia.

Cuando hablamos de la familia, muchas veces hacemos referencia a modelos de familia que consideramos definitivos, y en cambio muy a menudo son el resultado de procesos históricos y sociales muy complejos. El evangelio mismo, más que modelos, nos transmite valores para la familia y sus integrantes.

Leemos en el evangelio de san Lucas 2, 41-52:

Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de El. Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: “Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados”. Jesús les respondió: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que Yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?”. Ellos no entendieron lo que les decía. El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres.

PALABRA del SEÑOR



Los padres de Jesús, María y José...
son fieles cumplidores de la ley. A los ocho días del nacimiento del niño, se preocupan de su circuncisión; a los cuarenta días lo presentan al templo; y a los doce años, cuando se hace “hijo de la ley”, lo llevan a Jerusalén para la peregrinación pascual. Parece un niño destinado a reproducir las características de una familia patriarcal, que vive su fe en el riguroso cumplimiento de todas las normas religiosas. Y esa es la esperanza de sus padres.

En cambio Jesús, con sus primeras palabras transmitidas por el evangelio de san Lucas, a los doce años revela otra vocación. Cuando los padres regresan de la peregrinación a Jerusalén, él se queda en el templo. Y como le reprochan el hecho, porque lo habían buscado por todas partes por tres días, él manifiesta su verdadera identidad: “¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?”. María le había dicho: “Tu padre y yo te buscábamos angustiados”. Había invocado la pertenencia a la familia, la autoridad del padre como el que cuida y transmite el patrimonio de las tradiciones familiares, reprochando a Jesús el dolor que había causado y pretendiendo reconducirlo a la dependencia paterna.
Jesús declara que su padre es otro, el Padre celestial: revela a Dios como Padre, se revela como su hijo, y anuncia cuál será su misión: “Ocuparme de los asuntos de mi Padre”.
Es una revelación que María y José...

no pueden entender. María va acumulando y guardando en su corazón la memoria de hechos y palabras incomprensibles de que es testigo. Recuerda la visita de los pastores al niño recién nacido y el anuncio de los ángeles que ellos comentaron; recuerda las misteriosas palabras del anciano Simeón; ahora graba en su corazón la respuesta tan rara del hijo: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían…?”. No. No lo sabían. ¿Y cómo no buscar a un hijo que se ha perdido? ¿Y de qué manera Jesús tendrá que ocuparse de los asuntos de su Padre? María escucha, piensa, trata de comprender, guarda amorosamente. Un día por fin podrá entender, cuando la luz de la Pascua inundará su corazón. Entonces podrá compartir con los discípulos del Resucitado todo el tesoro de sus memorias.




Se hará evidente que ese niño...
que “hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas”, es el único verdadero Maestro, y que esos tres días de oscuridad y dolor en la búsqueda angustiada, han sido un adelanto de la búsqueda angustiada de los discípulos en los días de su pasión y muerte, hasta que “al tercer día”, llenos de alegría, ya no busquen “entre los muertos al que está vivo”.Cumplida su misión en Jerusalén, Jesús “regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos”. Después del relámpago de la revelación en el templo, retoma su lugar en la familia. Pero las cosas ya no serán más como antes. “Iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres”. Parece un muchacho como todos, pero es el Hijo, que se prepara para dedicarse totalmente a “los asuntos” del Padre, manifestándolo con sus palabras y sus obras.

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                             LECTIO DEL CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO
                                "BENDITO ES EL FRUTO DE TU VIENTRE"
En estos momentos tan especiales para la humanidad en que se va recordar el nacimiento de un niño, que cuando hombre va hablar y practicar la solidaridad, justicia y respeto de los derechos, es difícil imaginar algún gesto de solidaridad como el de María, la madre de Jesús, en grupos que hacen más grande la brecha entre los pocos que tienen más y los muchos que piden un pan para sobrevivir.

Sin embargo, la sociedad está pensando en los gastos, en la comida, el vestido, etc., y muy poco les importa la presencia en nuestras vidas de esos mensajes de cambio que deberían ser practicados permanentemente. La frase más importante de la prima de María: “Feliz de ti por haber creído” es una llamada de atención para todos, sabiendo que existe poco interés en aceptar la llegada en nuestras vidas de un verdadero cambio


   Francisco, Oruro – Bolivia                   

* * *

Alégrate, llena de gracia (Lucas 1, 26-38).

El saludo del Ángel y el Ave María hacen que la anunciación sea el relato del Evangelio más conocido y repetido. La vida cristiana lleva en su corazón y tiene como principio y como finalidad la encarnación del Verbo.

La primera escena que presenta en su evangelio Lucas, se desarrolla en el Templo; ahora en la “casa”, porque Dios finalmente ha encontrado la casa de la cual el templo es figura. Es la morada que Dios buscó desde toda la eternidad. Finalmente el Amor es amado: ha encontrado una casa donde puede habitar y la casa del hombre ya no está desierta. La encarnación es el comienzo de un amor que será más fuerte que la muerte.

“Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Este pasaje, colocado al comienzo de la Buena Noticia, es su clave de lectura: cada relato que sigue me propone como a María, que “me alegre” y me ofrece el Verbo que espera mi “sí” para hacerse carne en mí, con la fuerza del Espíritu Santo.

¡Alégrate! Es el único saludo de Dios que comienza así. Es, en síntesis, la finalidad de toda revelación: la propuesta que Dios hace al hombre es el ofrecimiento de su alegría, que es El mismo. “El Señor está contigo”. Él es mi otra parte, que siempre quiere estar conmigo, hasta cuando también yo esté con Él. “Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc 23, 43). Repito, cada relato del Evangelio me muestra uno de los modos diferentes con los cuales Él está conmigo, en mi historia de cada día.

Al inicio de esta “pasión” de Dios por el hombre, Adán respondió: “me escondí” al Amor que lo buscaba. Desde el inicio de la historia humana, nunca Él ha dejado de buscarnos. Ahora en María la misma humanidad responde: “Heme aquí”, a Aquél que desde siempre ha dicho: “heme aquí” a quien no lo buscaba. “Yo ofrecía respuestas a los que no preguntaban, salía al encuentro de los que no me buscaban; decía: Aquí estoy, aquí estoy, al pueblo que no invocaba mi nombre” (Isaías 65, 1). El amor que siempre había sido rechazado, ahora se siente acogido. Él amor que siempre había sido rechazado, ahora se siente amado.

“El ángel la dejó y se fue”. ¿Dónde se encuentra ahora? Está aquí conmigo para hacerme la misma propuesta, en espera de mi respuesta.


   Joel, Puerto Aysén – Chile                  







lunes, 24 de diciembre de 2012

“El Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, en cierto modo, con todo hombre. Trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de los nuestros, semejante en todo a nosotros, excepto en el pecado”.

(Concilio Vaticano II. 50 años. Gaudium et Spes, 22)




                        

 MARCAquí...http://blogs.periodistadigital.com/hermano-cortes.php                                 

Es evidente que el “hermano Cortés” tiene talento. Sus mensajes son directos, agudos, penetrantes, explícitos, contundentes. Su problema, aunque no tengo nada claro que él lo vea como problema, es que su "amargura contra la Iglesia y la fe católica sobrepasa con creces su talento." Representa a la perfección el tipo de creyente “progre” que no puede evitar sentirse incomodísimo en la Iglesia Católica. Valgan como ejemplo estas viñetas:










jueves, 20 de diciembre de 2012

“BENDITO ES EL FRUTO DE TU VIENTRE".

Querido/a Amigo/a:
Te envío un breve comentario

sobre el evangelio de este 4to Domingo de ADVIENTO 2012 :
“BENDITO ES EL FRUTO DE TU VIENTRE".
La reflexión, como siempre, es sólo una sugerencia inicial, para que se pueda elaborar un comentario colectivo, con la experiencia y la reflexión de cada uno. Cada uno puede intervenir y aportar, si quiere y cuando quiere, sus opiniones y reflexiones, que luego serán enviadas a todo el grupo.
Abajo un aporte-retorno sobre el evangelio del domingo pasado:

“¿QUÉ DEBEMOS HACER?”.

                                Aprovecho para desearte de todo corazón
                                          ¡¡¡ UNA FELIZ NAVIDAD !!!
                                             Un abrazo.Bernardino
 

                     “BENDITO ES EL FRUTO DE TU VIENTRE".               

Para ingresar a la celebración del misterio de la Encarnación del Señor en la Navidad, la liturgia orienta previamente nuestra mirada hacia la Virgen María, para entrar de la mano de la madre a la contemplación del Hijo.
La Virgen María es profundamente amada y venerada por todo el pueblo. Pero es siempre más necesario que nuestra devoción sea iluminada por la Palabra de Dios, que nos transmite el verdadero sentido de la misión de María en la vida de Jesús y en la fe de los creyentes.


  Leemos en el evangelio de san Lucas 1, 39-45:             

Durante su embarazo, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas ésta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”.

                                PALABRA del SEÑOR


Después de haber manifestado...
su aceptación al ángel Gabriel, que le anunciaba que iba a ser la madre del Salvador, María no se cierra en la contemplación de su extraordinario privilegio: se pone en camino para visitar a su parienta Isabel.

Partió “sin demora”. Es la urgencia de ver y celebrar el “signo” que el Ángel le había revelado: “También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez”. Y es sobre todo la urgencia de ponerse al servicio de Isabel, embarazada ya de seis meses, sin duda necesitada de ayuda. María, habitada por el hijo que crece en su vientre, lo lleva al encuentro de la vida que florece. No se hace sólo “servidora del Señor”, como se ha declarado, sino también servidora de los demás.

Lucas subraya esta actitud de María...
y la ofrece como modelo para la futura comunidad de los discípulos y discípulas de Jesús: serán seguidores de él, mirando a la madre y aprendiendo de ella la escucha de la palabra de Dios y la prontitud y generosidad en el servicio.


En el relato del viaje, de Nazaret a Jerusalén, vemos que Lucas quiere transmitirnos la idea que María repite los detalles del traslado a Jerusalén del Arca de la antigua Alianza. En el Arca estaban contenidas las tablas de piedra de la Ley de Moisés; ahora en María embarazada, la nueva Arca, está contenido Jesús, el que sellará con su sangre la Alianza nueva y definitiva.

El encuentro de las dos madres está...
lleno de alegría, de gritos y cantos: celebran lo imposible hecho posible en sus vientres. Isabel era anciana y estéril, María era virgen: ahora las dos son madres, “por que no hay nada imposible para Dios”. Todo el mundo ha como desaparecido, está en silencio. Se oyen sólo las voces felices de las dos mujeres, mientras el niño que será Juan el Bautista, salta de alegría en el vientre de la madre. No aparecen ni sabios ni poderosos del mundo en este momento. La historia verdadera pasa por estas dos mujeres y los niños que llevan en sus vientres.

Isabel, profetisa “llena del Espíritu Santo”...
representa la antigua Alianza, y reconoce en María, aurora de la nueva Alianza, la bendición de Dios. Dios es el Bendito, porque es el dador de la vida, de la fecundidad y la abundancia. María ha sido bendecida no sólo porque engendra vida, como todas las madres, sino porque engendra al mismo autor de la vida, Jesús. El saludo de Isabel a María queda integrado definitivamente en la oración de la comunidad cristiana: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!”.

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Isabel manifiesta su asombro por la visita de María: “¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?”. Son las mismas palabras llenas de temor del rey David frente al Arca de la alianza: “¿Cómo va a venir a mi casa el Arca del Señor?”. María es proclamada por Isabel “la madre de mi Señor”, y Jesús ya es reconocido “el Señor”, en una confesión claramente mesiánica.María ha creído en las promesas de Dios, como Abraham, el padre en la fe: ella ahora, la dichosa madre en la fe, es la destinataria de la primera bienaventuranza: “Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”. Así la reconoce Isabel, la esposa de Zacarías, el anciano sacerdote, mudo por no haber creído

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                     LECTIO TERCER DOMINGO DE ADVIENTO 2012                             
                                            ¿QUÉ DEBEMOS HACER?

Hizo eco en mí la pregunta: ¿qué debemos hacer, para vivir la conversión? Y Juan a cada uno iba señalando aquello que había perdido en su caminar: a la gente la fraternidad, el compartir; a los publicanos su honradez en el cobro de impuestos; a los soldados su transparencia en las denuncias.

Y brotaba en mí la pregunta: en la vida consagrada, ¿qué debemos hacer? Vemos cómo en muchos de nuestros hermanos se ha perdido el norte, se ha perdido a Cristo como el centro de nuestra vida. Creo que estoy afectada por lo de padre Cristian y de otros y tantos... Y yo, ¿qué debo hacer? ¿Qué me diría Juan Bautista? Tal vez, como ellos, no exigir lo que no hago, contentarme con mi sueldo y compartir fraternalmente con el que no tiene, saludar estrechando la mano al borracho tanto como al rico, y tener en el centro de mi vida al Señor. Sólo así podré ser testimonio de vida consagrada, mostrando lo que es realmente: una vida consagrada al Señor y no a mis intereses, triunfalismos y poder. Ojalá pueda ser trigo que él recoja en su granero.

 Hilda, Llolleo – Chile


* * *

"Sin evasiones espiritualistas": ¡Que gran verdad! Estoy más que sorprendida del "festival espiritual 2012" que transcurre ante nuestros ojos: mágicos senderos, galácticos, transformación del ADN, cirugías neuronales hacia la iluminación... un mundo de palabras y más palabras huecas, ilusorias, distractoras del único camino posible: observar y aceptar nuestra insignificancia, nuestras miserias egoicas que nos llevan por el camino de la soberbia y falso poder, y reconvertirnos o sea llevar nuestras miradas a nuestros corazones donde siempre residió la verdadera y única Luz de la que somos parte, la luz del Amor.

Ojalá la parafernalia espiritualista que se ha disparado no siga confundiendo a buscadores honestos en su camino hacia la verdad y hacia la bondad.

 Isabel, Citybell, La Plata – Argentina

* * *

Juan escucha el llamado del Señor y se va al desierto donde el Señor siempre habla en la soledad, al corazón del hombre: a nosotros también nos llama. Juan va allanar el camino, para la llegada del Mesías esperado. Hoy sabemos que el Mesías está en medio de nosotros, esperando para que cambiemos nuestra vida, haciéndola más perfecta para vivir según el plan de Dios. Saber que el Señor me llama hoy, y en este tiempo de adviento, debo entrar en mí mismo y tratar de cambiar todo aquello que no es bueno para el plan de Dios. Pero todo lo lograré, si Él me levanta, y me libera de mis cadenas.

 María Teresa, Santiago – Chile


* * *

La comprensión de un verdadero cambio es muy difícil en estos tiempos y en nuestra realidad. Seguramente para el pueblo judío en la época del Evangelio también era difícil y complicado, teniendo a los romanos al frente con un sistema de opresión tan fuerte, que el castigo era morir en la cruz a quienes se oponían al sistema de dominación, al pago de impuestos, a la destrucción de su cultura, religión y al sistema colonialista de esa época.

En esas circunstancias, Juan Bautista con su verdadero carisma profético, invita al pueblo a cambiar en varios aspectos de su vida, principalmente en la parte social: “el que tenga dos túnicas reparta una”. También la propuesta para cambiar es dirigida a los cobradores de impuestos, tanto para los romanos, pero principalmente para las autoridades judías, quienes son cómplices de todo tipo de injusticias.

Juan Bautista traduce su mensaje en la propuesta de otros dos profetas, de Isaías que pide: buscar la justicia, socorrer al oprimido, defender al huérfano, proteger a la viuda, y de Amos, que a propósito de los ritos vacíos dice “Yo aborrezco y desprecio sus fiestas, me repugnan sus reuniones litúrgicas… Corra como el agua el derecho, y la justicia como arroyo inagotable.

 Francisco, Oruro – Bolivia



viernes, 14 de diciembre de 2012

“¿QUÉ DEBEMOS HACER?”.

Querido/a Amigo/a:
Te envío un breve comentario sobre el evangelio de este Tercer Domingo de ADVIENTO :
“¿QUÉ DEBEMOS HACER?”.

La reflexión, como siempre, es sólo una sugerencia inicial, para que se pueda elaborar un comentario colectivo, con la experiencia y la reflexión de cada uno. Cada uno puede intervenir y aportar, si quiere y cuando quiere, sus opiniones y reflexiones, que luego serán enviadas a todo el grupo.
Abajo, un aporte-retorno sobre el evangelio del Domingo Segundo de ADVIENTO:
“UNA VOZ GRITA”.

                                                 Un abrazo. P. Bernardino.
                                                                              


                        "¿QUÉ DEBEMOS DE HACER?"               

Frente al grande proceso de transición que está viviendo la humanidad, uno fácilmente se siente tan pequeño, incapaz de dar algún aporte que pueda servir, por mínimo que sea. El evangelio nos orienta a la raíz del cambio, nuestro mismo corazón. Un cambio interior sin duda va a producir frutos concretos.

Leemos en evangelio de san Lucas 3, 2-3. 10-18:
Dios dirigió su palabra a Juan Bautista, el hijo de Zacarías, que estaba en el desierto. Éste comenzó a recorrer toda la región del río Jordán, anunciando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados.
La gente le preguntaba: “¿Qué debemos hacer, entonces?”. Él les respondía: “El que tenga dos túnicas, dé una al que no tiene; y el que tenga qué comer, haga otro tanto”.
Algunos publicanos vinieron también a hacerse bautizar y le preguntaron: “Maestro, ¿qué debemos hacer?”. Él les respondió: “No exijan más de lo estipulado”.
A su vez, unos soldados le preguntaron: “Y nosotros, ¿qué debemos hacer?”. Juan les respondió: “No extorsionen a nadie, no hagan falsas denuncias y conténtense con su sueldo”.
Como el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan no sería el Mesías, él tomó la palabra y les dijo a todos: “Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; Él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. Tiene en su mano la horquilla para limpiar su era y recoger el trigo en su granero. Pero consumirá la paja en el fuego inextinguible”. Y por medio de muchas otras exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Noticia.
 
                                        PALABRA de DIOS



La actividad de Juan Bautista...
que recorre “toda la región del río Jordán”, atrae a mucha gente, que no está conforme con la situación que está viviendo. La invitación: “Preparen el camino del Señor” anuncia algo nuevo, y entonces la pregunta: ¿Qué debemos hacer? Es decir, ¿cuáles son los pasos concretos que debemos dar, las acciones que debemos realizar, para preparar ese “camino del Señor”?

Juan Bautista pertenecía a una familia sacerdotal, era hijo de sacerdote y destinado al sacerdocio también él. En algún momento de su juventud, se convirtió, abandonó la familia y se fue al desierto. Tiene que haber reflexionado muy a menudo sobre el fenómeno de la mudez de su padre, después de la aparición del Ángel en el templo: sacerdote que queda mudo por no haber creído. Juan no sigue la línea sacerdotal de su familia. Lo que aparece claro en su respuesta a la gente que iba para hacerse bautizar, es su relación directa con la tradición profética. Ya el profeta Isaías, criticando un culto vacío, había anunciado: “Busquen la justicia, socorran al oprimido, defiendan al huérfano, protejan a la viuda” (1,17). Y el profeta Amós, en nombre de Dios: “Yo aborrezco y desprecio sus fiestas, me repugnan sus reuniones litúrgicas… Corra como el agua el derecho, y la justicia como arroyo inagotable (5, 21. 24).



Juan Bautista no reenvía la gente...al templo, controlado por los sumos sacerdotes, o al cumplimiento de la ley, sino a la vida. Le indica un camino de justicia y solidaridad, sin evasiones espiritualistas: “El que tenga dos túnicas, dé una al que no tiene; y el que tenga qué comer, haga otro tanto”. El bautismo que él realiza exige que “los valles sean rellenados, las montañas y las colinas aplanadas”: los valles de la pobreza y la miseria, y las montañas de la riqueza y los privilegios.

También los publicanos, los cobradores de impuestos, se acercan a Juan para hacerse bautizar. Eran odiados por el pueblo, impuros y excluidos, pero Juan los acoge, y tiene para ellos una humanísima indicación: “No exijan más de lo estipulado”. Simplemente. Será el primer paso, para llegar luego al encuentro con Jesús y a la decisión de Zaqueo, jefe de recaudadores de impuestos: “La mitad de mis bienes se la doy a los pobres, y a quien haya defraudado le devolveré cuatro veces más”.


Y a los soldados, paganos...
que no vienen para el bautismo, Juan les dice: “No extorsionen a nadie, no hagan falsas denuncias y conténtense con su sueldo”. También para ellos un camino de justicia.

La fuerza profética de Juan induce a algunos a pensar que podría ser él el Mesías esperado. Pero él es sólo “el amigo del esposo”. El esposo verdadero, el que sellará el nuevo pacto, la alianza definitiva, será Jesús, que realizará un bautismo diferente, “en el Espíritu santo y en el fuego”.

Juan no será discípulo de Jesús. Seguirá siendo profeta del antiguo Testamento. No puede entender que después del necesario paso a través de la justicia, se llegue a la manifestación de la misericordia. Sueña con un Mesías juez, que “tiene en su mano la horquilla para limpiar su era y recoger el trigo en su granero; pero consumirá la paja en el fuego inextinguible”. Jesús no responderá a esta expectativa: decepcionará a su precursor con la práctica de la misericordia y el perdón. Juan Bautista enseña a ponerse en movimiento, a dar pasos para preparar el camino del Señor; Jesús es el camino.




 
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LECTIO DOMINGO 2do AVIENTO
                  "UNA VOZ GRITA"                 


El contexto en que ocurre el relato evangélico nos muestra una actitud estrictamente política, un censo para cobrar más impuestos y por lo tanto hacer más difícil la vida del pueblo. Los romanos están ejerciendo un poder para oprimir y controlar a quienes son enemigos de los romanos, luego los van a crucificar. En esas condiciones el pueblo judío busca un líder y en el transcurso de la vida de Jesús verán en él a su libertador. El llamado que hace Juan Bautista es una propuesta para analizar qué está pasando en el pensamiento de ese pueblo, quiénes tienen que enderezar su vida y porqué tienen que allanar sus senderos. En esa época, producto de la dominación, los romanos tenían aliados entre los judíos. Señala el evangelio que Herodes junto a las autoridades religiosas era parte de esa realidad y por su puesto aceptaba toda esta crueldad contra el pueblo. Años después Juan Bautista será asesinado por Herodes en venganza de estas advertencias.

En la actualidad, en el siglo XXI existe una deformación del verdadero espíritu del nacimiento de Jesús. Se ha convertido en relaciones estrictamente comerciales. El principal héroe es un gordito vestido de rojo y es el hacedor de todas las necesidades materiales y de la idolatría al dinero. Tiene cómplices que impiden ver la realidad, obligándonos a adoptar ritos que nos adormecen. Nos importa muy poco compartir, ser solidarios con los demás y no ser consecuentes con la construcción y participes de un reino de paz, justicia y derecho.


 Francisco, Oruro – Bolivia

* * *
Necesitamos también hoy, como en ese entonces, la conversión, que obviamente la hacemos más difícil de lo que es, ya que el orgullo y el apuro de este tiempo no nos da el espacio para detenernos y mirarnos para ver cómo lo estamos haciendo y que tanto le doy espacio a Dios en mis asuntos.

Está todo tan disparejo, como en ese entonces, y allanar los caminos se nos hace difícil; es más fácil mandar una aplanadora a quitar el exceso de piedras que deja el mar, que nivelar nuestros propios caminos.

Ojalá no nos pille el 21. A lo mejor, frente a esas especulaciones alguno se convierte... Pero si descubriéramos en el día a día lo maravilloso que es tener a Dios como Padre, contar con un Hijo que nos ama hasta morir en cruz y que derrocha su amor con la gracia del Espíritu Santo; asimilando todo esto cuán convertido estaríamos
.

 
Hilda, Llolleo – Chile

jueves, 6 de diciembre de 2012

“UNA VOZ GRITA”.

Querido/a Amigo/a:
Te envío un breve comentario sobre el evangelio de este 2do Domingo de ADVIENTO 2012:
“UNA VOZ GRITA”.
La reflexión, como siempre, es sólo una sugerencia inicial, para que se pueda elaborar un comentario colectivo, con la experiencia y la reflexión de cada uno. Cada uno puede intervenir y aportar, si quiere y cuando quiere, sus opiniones y reflexiones, que luego serán enviadas a todo el grupo.
Abajo un aporte-retorno sobre el evangelio del domingo pasado:
“LEVANTEN LA CABEZA”.
                                           Un abrazo.... P. Bernardino
                                             

                                  "UNA VOZ GRITA"                         

La fuerza de la propaganda, que invade todos los lugares, difícilmente permite a las personas tener pensamientos propios y originales. Comúnmente, no sólo elegimos para nuestro consumo productos, a veces innecesarios, que la publicidad nos impone, sino que a menudo también pensamos pensamientos ajenos, que otros han pensado por nosotros. Preferimos caminos ya hechos, que otros han recorrido ya, más que animarnos a intentar caminos nuevos.

Leemos en el evangelio de san Lucas 3, 1-6:

El año decimoquinto del reinado del em­perador Tiberio, cuando Poncio Pilato gobernaba la Judea, siendo Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Filipo tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene, bajo el pontificado de Anás y Caifás, Dios dirigió su palabra a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto. Este comenzó entonces a recorrer toda la región del río Jordán, anunciando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados, como está escrito en el libro del profeta Isaías: “Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Los valles serán rellenados, las montañas y las colinas serán aplanadas. Serán enderezados los senderos sinuosos y nivelados los caminos desparejos. Entonces, todos los hombres verán la Salvación de Dios”.
                               PALABRA del SEÑOR



 Antes de presentar la actividad...
de Juan Bautista, y luego la de Jesús, el evangelio de Lucas se detiene en la descripción del marco político y religioso dentro del cual ellos realizarán su misión. No es sólo la preocupación de un historiador riguroso, que escribe “después de investigarlo todo cuidadosamente”. Lucas quiere despertar la disponibilidad a la acogida de un Dios que en Jesús se inserta en la historia humana, dentro límites geográficos y culturales bien concretos.



Y en la descripción tal vez no está ausente una cierta ironía, que ya manifiesta la lógica de Dios en todo el evangelio: la imagen de la Palabra de Dios que sobrevuela sobre todos los poderosos, con sus títulos de grandeza, y baja sobre un hombre socialmente insignificante, en la soledad del desierto, Juan Bautista. Y él, movido por la fuerza irresistible de la Palabra, “comenzó a recorrer toda la región del río Jordán”. Conoce la absurdidad de una religión atada a ritos y reducida a instrumento de dominación, que traiciona su verdadera originalidad de fuerza liberadora. Por eso convoca a “un bautismo de conversión para el perdón de los pecados”. Propone una experiencia bautismal, de inmersión en el agua, para emerger nuevos, realizando un cambio de vida y de manera de pensar, rompiendo con la cultura y la religiosidad dominante, para borrar los errores y los pecados del pasado y reconciliarse consigo mismo, con Dios y con los demás.


Su voz se alza desde el desierto,
lejos de las estructuras políticas y religiosas de la ciudad y libre de cualquier alianza o complicidad con el poder. Hacía mucho tiempo que no se levantaba la voz de un profeta. Juan rompe el silencio y retoma la invitación de los grandes profetas que habían visto en el exilio de Israel en Babilonia una grande oportunidad de conversión, y habían alimentado en el pueblo la esperanza de otro éxodo, como él de Egipto, un glorioso regreso a la patria y un regreso más profundo al Dios de la alianza: “Preparen el camino del Señor”. Ahora se está por realizar otro nuevo éxodo. Jesús, anunciado por la actividad del Bautista, será el protagonista de una nueva liberación, no limitada a un solo pueblo, sino extendida a toda la humanidad: “Todos los hombres verán la salvación de Dios”.
Para eso será necesario obedecer: “Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Los valles serán rellenados, las montañas y las colinas serán aplanadas. Serán enderezados los senderos sinuosos y nivelados los caminos desparejos”. En la intención original del profeta Isaías, ésta no era una simple invitación a mejorar los caminos para facilitar el regreso de los exiliados. Era un llamado a un compromiso moral y una dimensión de fe en el Dios que libera y salva. La misma disposición interior exige Juan Bautista, la “voz que grita en el desierto” y anuncia que de nuevo Dios se ha compadecido de su pueblo.



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LECTIO DOMINGO 1ro AVIENTO
                  "LEVANTEN LA CABEZA"                


Este evangelio parece para hoy, por lo que está sucediendo y por suceder. Cuanto más sentimos que estamos más próximos a la Luz, más grande se hace la sombra, más transparente tiene que ser nuestra mente y nuestro corazón para que la luz la atraviese. El agradecimiento, la oración, nos recuerdan la humildad de que no somos lo que nuestros egos inflados individual y colectivamente han hecho creer... Somos hijos del Todo, parte del Todo, somos creaciones creativas... y debemos honrar esto hoy más que nunca, para ayudar y ayudarnos a preparar ese mundo mejor, pues este... ¡ya no da para más!

  Isabel, Citybell, La Plata – Argentina


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El contraste entre una propuesta de paz, frente a las permanentes noticias de la cultura de la muerte, nos hace muy sensibles a la desesperación y nos sentimos impotentes de poder aportar con nuestro granito de arena para dar solución a problemas aun sean insignificantes. En la lectura del evangelio de Lucas se observa como Jesús les advierte a sus discípulos sobre las señales externas y la desesperación, producto de nuestras preocupaciones cotidianas. En esos momentos Jesús nos propone no desfallecer, no perder la esperanza, no aferrarse a cosas materiales, especialmente a la idolatría del dinero. La construcción de un reino de justicia, solidaridad y derecho es muy importante para tener presente una alternativa de respuesta frente al bombardeo cotidiano de noticias de: asesinatos, robos, violaciones y principalmente a las guerras que son provocadas por los que tienen más y hacen que la pobreza en los pueblos se profundice cada día más.

Es necesario recalcar que la oración que pide Jesús no termina encerrándose en un templo y repetir sin comprender letanías de memoria. Debe ser un dialogo, un reconocimiento de errores, una petición para ser más sensibles frente a los que tienen menos.

  Francisco, Oruro – Bolivia


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Dejemos de ser burros atados al miedo.


Comienza un nuevo ciclo litúrgico. El adviento es el tiempo litúrgico que nos hace vivir la venida de Cristo y que nos recuerda que estamos en “la plenitud de los tiempos”. El evangelio, en este ciclo será Lucas: nos sacude con imágenes apocalípticas, tomadas del Antiguo Testamento. Desde la primera venida de Jesús la apocalíptica cobra un nuevo sentido; no significa “desastre” sino revelación. Es decir, la intención del evangelista es hacernos descubrir que no vamos hacia “el final” sino hacia la finalidad. Y esta “finalidad”, me parece que es vivir al estilo de Jesús; vivir con una absoluta confianza en el Padre, en una actitud de entrega y amor absoluto. Este estilo ha vencido el egoísmo y la muerte.

El ser humano es el único “animal” consciente de sus propias posibilidades y limitaciones. Sin embargo, vive más vuelto hacia sus limitaciones que hacia sus posibilidades. Después del pecado se deja guiar por el miedo a la muerte (cf Hebreos 2,14). Buscamos salvarnos a toda costa, y eso es el origen del egoísmo que nos mete en caminos sin salidas; los cuales lamentamos siempre, pero que nunca abandonamos. Entonces Jesús, el Señor, nos ofrece un camino que ha vencido el egoísmo y la muerte para que dejemos de sufrir. Pero damos más crédito a los doctores de la ley de la economía, la ciencia y la técnica. ¡Somos un atado de burros o burros atados! Pero amados por Dios Padre y éste es la revelación, es decir Apocalipsis.

 Joel, Puerto Aysén – Chile

EL VIVE 2014


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