"ÁMENSE LOS UNOS A LOS OTROS"

viernes, 25 de noviembre de 2011

"CUIDA la CASA"



 Querido/a Amigo/a:

Envío el breve comentario sobre el evangelio de este domingo:
CUIDA la CASA”.
Como siempre, es sólo una sugerencia inicial, para que se pueda elaborar un comentario colectivo, con la experiencia y la reflexión de cada uno. Cada uno puede intervenir y aportar, si quiere y cuando quiere, sus opiniones y reflexiones, que luego serán enviadas a todo el grupo.
Más abajo, un aporte-retorno sobre el evangelio del domingo pasado:
TENIA HAMBRE”.

Un abrazo.
Bernardino


                       "CUIDA la CASA"                          

Una sociedad dinámica...
agitada, ruidosa, y en el mismo tiempo una sociedad que no deja espacio a la reflexión personal, a la conciencia, a la contemplación, todos llevados a pensamientos comunes: o estás de un lado o estás del otro, sin posibilidad de un pensamiento original y una conciencia propia, aturdidos por la publicidad, dormidos en la corriente general.


Jesús tiene otra propuesta, como vemos en el evangelio de
San Marcos 13, 33-37:
1er DOMINGO de ADVIENTO 2011


Jesús dijo a sus discípulos:
Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento. Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela.
Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa: si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana. No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos.
Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!
Palabra del Señor


“Tengan cuidado”:
no es una exhortación a la sospecha y a la desconfianza, a instalar rejas y levantar muros de separación y protección, a mirar a todos como posibles enemigos y asaltantes. Es una invitación a tener un corazón despierto, a no pasar por este mundo dormidos, repitiendo pensamientos ajenos.
Estar prevenidos, despiertos, es una actitud necesaria, pero no es todavía un programa de vida. ¿Para qué estar despiertos? Para cuidar la casa. Jesús ha regresado al Padre, como el hombre de la parábola, y ha dejado “su casa al cuidado de sus servidores”.


Los “servidores” son los que escuchan la palabra del Maestro, de su Señor, y la ponen en práctica. Escuchar, conocer, amar la palabra del Señor, y hacerla vida concreta, para que la casa tenga cimientos firmes, y no sea edificada sobre arena. Una casa que es nuestro corazón, nuestro templo íntimo y secreto, desde el cual adoramos al Padre en espíritu y verdad; una casa que es la familia de los discípulos y discípulas de Jesús, que él va formando transmitiéndole los secretos del Reino de Dios; y una casa que es toda la humanidad y la creación entera, que tenemos que cuidar para nosotros y para las generaciones futuras.


Estar “prevenidos”...
nos permite realizar “cada uno su tarea”, sin que nadie pueda reemplazarnos, resistir a la fuerza arrolladora del pensamiento dominante, darnos tiempo para la contemplación, reconocer al Señor en las miles de formas de su venida diaria: “tuve hambre, tuve sed…”. Nos permite vigilar el camino de la sociedad, apoyando las energías liberadoras y denunciando las injusticias, percibir cuándo un mundo está muriendo y uno nuevo está naciendo. Nos permite vivir a la escucha del otro, de “sus angustias y tristezas, de sus alegrías y esperanzas”, y conmovernos frente a las huellas de Dios en la historia, en la respiración de la tierra y en la belleza de la creación.
Y estar preparados para el encuentro último, cuando abriremos los ojos a la plenitud de la vida en el Reino: la noche se hará día y Dios nos iluminará con su luz para siempre.





TUS COMENTARIOS
SON IMPORTANTES
te esperamos en

     Comentario del pasado del DOMINGO PASADO                             OSM  2011        


En el evangelio de san Mateo 25, de 31 a 46, se muestra una enseñanza muy bella, que señala a los que descubrieron a Jesús en los más necesitados, principalmente en los pobres. Nos preguntamos entonces qué será de todos los que creen que estando en un templo una media hora ya es más que suficiente para pretender ser llamado cristiano. Es una enseñanza parecida al evangelio donde los discípulos le reclaman a Jesús: “Hemos visto a otras personas que en tu nombre expulsan demonios (el alcoholismo, la drogadicción, el materialismo, etc.). Y él les responde que está bien y que no se escandalicen, porque hay grupos o personas que se dedican a hacer por los demás sin aparentar. Especialmente en estos tiempos, donde los niños en las calles sufren el abandono de esta sociedad materialista, ya viene la época de Navidad, donde el consumismo es el objetivo final y no la reflexión sobre el recordatorio del nacimiento de un niño, que en su vida nos dejó un mensaje de amor, justicia, derecho y paz. Ojalá sirva para reflexionar: Cada día nos encontramos con Jesús en las calles: en el anciano o anciana, en un niño que nos pide pan, y pasamos de largo, porque estamos yendo al templo.
Francisco, Oruro – Bolivia


* * *
Un profesor de mi pasado decía: "Cuán desafiante es pedirle a Dios que podamos ver como él mira", y así es. La mirada de nuestro Señor Jesucristo carecía de desamor, de indiferencia, de frialdad, de interés. Su mirada estaba llena de dulzura, ternura, perdón, empatía, misericordia y salvación. Cuando trato de mirar así a mi prójimo, dejo de ser yo, con mis egoísmos y otras cárceles interiores. Cuando trato de mirar con los ojos de Cristo es el Espíritu Santo que se encarga de mí como su instrumento y actúo con quien sea, donde sea, empatando en su situación, para honra y gloria de Dios.

Haydee, La Paz – Bolivia



jueves, 17 de noviembre de 2011

“TUVE HAMBRE”.





Querido/a Amigo/a:

Envío el breve comentario sobre el evangelio de este domingo:
Tuve hambre”.
Como siempre, es sólo una sugerencia inicial, para que se pueda elaborar un comentario colectivo, con la experiencia y la reflexión de cada uno. Cada uno puede intervenir y aportar, si quiere y cuando quiere, sus opiniones y reflexiones, que luego serán enviadas a todo el grupo.
Abajo, un aporte-retorno sobre el evangelio del domingo pasado:
Los talentos”.

Un abrazo.
Bernardino

                                 "Tuve hambre"                          

La experiencia religiosa del hombre ha buscado siempre un contacto, un encuentro con Dios, a través de los distintos caminos constituidos por las diversas religiones, con la variedad de sus ritos y sus templos.
El pueblo judío ha construido el templo de Jerusalén como símbolo de la presencia de Dios y lugar de su manifestación. Tiene que haber caído terrible la sentencia de Jesús a los oídos de sus discípulos: “Les aseguro que no dejarán ahí piedra sobre piedra que no derriben”. Entonces, ¿dónde se puede encontrar a Dios? ¿Dónde se puede ver su rostro, como invocaba el Salmo: “Muéstrame tu rostro, Señor”?

Texto Evangelio de san Mateo 25, 31-46... nos abre un horizonte insospechado:
DOMINGO Lecturas Domingo 34º del Tiempo Ordinario - Ciclo A


Jesús dijo a sus discípulos:
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y El separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquéllas a su derecha y a éstos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: «Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; era forastero, y me alojaron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver».
Los justos le responderán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte
Y el Rey les responderá: «Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo».
Luego dirá a los de su izquierda: «Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; era forastero, y no me alojaron; estaba desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron».
Éstos, a su vez, le preguntarán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, forastero o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?».
Y Él les responderá: «Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo». Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna.
Palabra del Señor.


      Jesucristo, Rey del Universo        


Podríamos considerar...
este texto como la revelación sobre el juicio último de la humanidad al final de los tiempos. Pero el evangelio de san Mateo quiere ponernos frente a la realidad de hoy, para que hoy sepamos mirarla con los ojos de Dios. Con los ojos humanos hay muchas cosas que no vemos, o no queremos ver. Pero Jesús, con el relato del “juicio de las naciones”, nos quita el velo para que aprendamos a ver ya ahora el rostro de Dios, no atrás de las nubes de incienso de los templos, sino en el hermano que tiene hambre, sed, está desnudo, está preso. Para el discípulo y la discípula de Jesús hay un camino de aprendizaje: “Él que escucha mi palabra y la pone en práctica”. La palabra de Dios va educándonos a reconocer al Señor allí donde se encuentra verdaderamente y a luchar contra “las estructuras de pecado”, que producen marginación, hambre, muerte, justificadas a veces en nombre de Dios.

La sorpresa tendría que darse...
para los que no conocen a Jesús, y que igualmente lo sirven en los hermanos necesitados, y en los mismos hermanos pequeños portadores de la Buena Noticia. Muchísimas personas han luchado, y muchos han dado su vida, para “un reino de justicia, de amor y de paz” inspirados por una ley de Dios escrita en sus corazones, pero sin haber conocido o aceptado el evangelio. Para todos el abrazo divino: “Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino”.


Y al contrario...
la dura condena para los que no han abierto su corazón a la solidaridad: “Aléjense de mí, malditos”, no quiere asustarnos abriendo frente a nuestros ojos las puertas aterradoras del infierno, sino transmitirnos la sabiduría para no desperdiciar el tiempo presente y reconocer a Jesús hoy en una lista mucho más amplia de hermanos y hermanas necesitados: era huérfano, viuda, desempleado, niña violada, madre soltera, mujer golpeada, migrante, analfabeto, discriminado, explotado, perseguido, drogadicto, divorciado, excomulgado, sin tierra, torturado, deportado, desaparecido, enfermo de Sida, abusado sexualmente, niño especial… E inmensas regiones del planeta en que la vida humana no vale nada: pueblos hambrientos, abandonados, excluidos, naturaleza contaminada, desolada, el flagelo de la guerra, y “el pobre vendido por un par de sandalia”.
Y tú, ¿qué haces por mí?




TUS COMENTARIOS
SON IMPORTANTES
te esperamos en


       Comentario del pasado del DOMINGO PASADO                      OSM  2011    



El domingo pasado estuve en una celebración ecuménica. Leyeron la parábola de los talentos. Nunca me gustó esta parábola, y este domingo me vino el pensamiento que sea una parábola muy capitalista. En los ojos del dueño sólo los dos hombres que han podido aumentar el número de los talentos han actuado de manera buena y por eso él los alabó. El tercero que ha guardado el talento para no perderlo ha sido castigado. No entiendo eso. El último tampoco a perdido o malgastado el talento; sólo no ha arriesgado de invertirlo por el miedo del dueño. Los otros han arriesgado los talentos, tuvieron suerte que el dinero aumentó. Habrían podido tener mala suerte y perderlo. En la vida es igual: hay gente que tiene diferentes talentos, pero por mala suerte, por falta de oportunidad para tener formación, o por enfermedad u otra causa, no han podido desarrollar sus talentos.
Bueno, no soy teóloga. Es simplemente como yo lo interpreto. Tal vez es mala interpretación.

Catherine Goumoens – Suiza

* * *
Sí, el miedo paraliza. Y básicamente, el miedo al dolor. Por eso tratamos de huir de él a como de lugar. Nos encerramos en nosotros mismos, llevamos una vida superflua y llena de "pastillas" que nos entrega este mundo para no sentirlo. Por eso no amamos o huimos del amor, porque sentimos miedo de que no nos amen.
Pensemos primero en que Dios nos amó mucho antes de que naciéramos. Por lo tanto, él nos ama sabiendo que a lo mejor no lo vamos a amar. Él entregó a su hijo a la muerte, y muerte dolorosa en la cruz, sabiendo que lo más probable era que no lo íbamos a entender, ni tampoco a amar.
Dios nos regaló a todos el don del amor, que es el mayor y principal don del Padre. Sin ese amor divino, no somos capaces de nada. Abandonémonos en su amor, recibamos con alegría la cruz de Cristo, que es la expresión de amor por excelencia. Entonces Jesús nos dirá al final del camino: "Gracias por amar, gracias por amarme, era lo único que te pedí. Ahora puedes gozar del amor infinito de mi Padre".

Lorena, Santiago – Chile


* * *
Nuevamente Jesús se refiere a la forma de participar en la construcción del Reino, y lo hace de tal manera que se refiere a los “talentos”. En muchos momentos se ha utilizado mal esta enseñanza por quienes interpretaban e interpretar como una autorización para acumular más y más dinero y luego tener asegurado el ingreso, como dice la parábola, “a participar en el gozo del Señor”. En verdad es difícil a veces entender qué talentos nos ha dado a cada uno y seguramente el más cercano es el de ser “profetas”, anunciar y denunciar; anunciar la liberación, la justicia, el derecho, la vida en comunidad, la solidaridad y denunciar los anti valores cristianos, denunciar la muerte en todas sus formas. Denunciar la corrupción, denunciar la mentira.

Francisco, Oruro – Bolivia






viernes, 11 de noviembre de 2011

“TUVE miedo”.



















Querido/a Amigo/a:

Envío el breve comentario sobre el evangelio de este domingo:
“Tuve miedo”.
Como siempre, es sólo una sugerencia inicial, para que se pueda elaborar un comentario colectivo, con la experiencia y la reflexión de cada uno. Cada uno puede intervenir y aportar, si quiere y cuando quiere, sus opiniones y reflexiones, que luego serán enviadas a todo el grupo.
En el archivo adjunto, un aporte-retorno sobre el evangelio del domingo pasado: “Las diez jóvenes”.

       Un abrazo.
       Bernardino



                              "Tuve miedo".                       

Tendríamos que reflexionar...
muy a menudo sobre las verdaderas motivaciones que mueven nuestra vida, lo que hacemos y decimos, y lo que dejamos de hacer y decir.
Jesús nos dice que todo tendría que estar movido por un amor concreto, como el suyo, pero muchas veces pueden ser otras las preocupaciones, conscientes o inconscientes, que motivan nuestras actitudes: podría ser el interés personal, el deseo de dominar, el placer, la seguridad que creemos podría darnos la acumulación de bienes. A veces podría ser un sentimiento muy profundo que nos cuesta reconocer y dominar, el miedo, como nos dice la parábola de los talentos en el evangelio de
San Mateo 25, 14-30:
Lectio Domingo 13 de Noviembre 2011

Jesús dijo a sus discípulos...
esta parábola: El Reino de los Cielos es como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió.
En seguida, el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco. De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos, pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor.
Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores. El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. «Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado». «Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor; ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor».
Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: «Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado». «Está bien, servidor bueno y fiel; ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor».
Llegó luego el que había recibido un solo talento. «Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!». Pero el señor le respondió: «Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses. Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes».


Es una parábola que no es fácil interpretar. Instintivamente la leemos con las claves de lectura que nos ofrece la sociedad de hoy: profundamente injusta, que distribuye mal los recursos y favorece siempre al más fuerte y al que más tiene.
La propuesta de Jesús es diferente. Habla de un hombre que salió de viaje y confió sus bienes a sus servidores. Es la condición de soledad de la humanidad, y más específicamente de los discípulos y discípulas de Jesús, que tienen que vivir su situación histórica sin la presencia visible de un Dios que solucione mágicamente todos sus problemas. Pero tienen los bienes que les han sido confiados, los talentos, repartidos en distintas maneras.
Hay que fijarse bien sobre el sentido de los talentos. No se trata de dones y recursos personales que hay que “negociar” para multiplicarlos. Muchos se limitan a esta interpretación. Ni se trata de los “carismas” personales, que cada uno debe usar no para sobresalir sino para la construcción del bien común.

Los talentos representan el valor enorme del patrimonio de enseñanza y ejemplo que Jesús nos dejó: su palabra, el anuncio del Reino de Dios, la fuerza de su resurrección y el don del Espíritu.
La “rendición de cuentas” al regreso del Señor no quiere orientar nuestra mirada hacia un juicio futuro, sino hacia el presente: ¿Qué hacemos con la riqueza de este patrimonio que nos ha sido confiado? ¿Cuál es nuestra respuesta personal? ¿Qué hacen los discípulos y discípulas de Jesús comunitariamente? ¿En qué medida el mensaje liberador de Jesús ha hecho fermentar la historia y ha transformado a la humanidad?
Algunos de los “servidores” pueden decir que el patrimonio recibido ha fructificado abundantemente, y para ellos el premio va más allá de cualquier mérito: “Entra a participar del gozo de tu señor”.


Pero hay quien “tuvo miedo”, y fue a “enterrar su talento”: el miedo que paraliza, que ata, que impide que la fuerza liberadora del evangelio nos renueve y nos comprometa en la renovación de la sociedad: una vida perdida, tal vez exitosa aparentemente pero vacía por dentro, sin sentido, que manipula la misma imagen de Dios: “sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido”. No conoce la grandeza de un Padre lleno de misericordia y ternura y no se abre a “la confianza que vence el miedo”.

 

TUS COMENTARIOS
SON IMPORTANTES
te esperamos en


  Comentario del pasado del DOMINGO PASADO                                     OSM  2011  

La enseñanza de Jesús sobre el “Reino” tiene varias formas. Por este motivo cuando compara la previsión de cinco jóvenes y el descuido de las otras cinco a la espera de su boda, nos propone la necesidad que hoy debemos tomar para ser parte de la construcción de una sociedad de justicia y derecho, con solidaridad, donde se viva en comunidad, donde abunde la fe en un Dios bueno y parcial con los pobres, principalmente pensando y viviendo no sólo en el más allá, sino ahora en los inicios del siglo XXI, donde lamentablemente abunda el egoísmo, la traición y la muerte.
Las previsoras se compararán con quienes dan un minuto de su vida para acercarse a los más necesitados, enseñar la verdad, no someterse a prejuicios y vivir para servir sin necesidad de ser esclavos.
Y las descuidadas seguramente serán quienes ven el dinero como máxima prioridad en su vida, por un negocio aplastarán a los más necesitados y seguramente pensarán primero en ellos, luego en ellos y finalmente sólo en ellos.
Francisco, Oruro – Bolivia

* * *
Esta vez respondo dejándome guiar por el comentario de la “Leyenda sobre el origen de la Orden de los Siervos de María”, n. 39. "Nuestros Primeros Padres llevaban ya listas sus lámparas en las manos. De hecho tenían un vaso de oro, es decir, el corazón puro en donde preparaban un lugar al Amado; llenaban el vaso con el aceite, es decir, llenaban el corazón con aquel amor con el cual esperaban al Amado en la alegría".
Me parece que el anuncio de la parábola y el comentario de la “Leyenda” apunta a que el amor misericordioso de Dios encuentre un corazón dispuesto a recibirlo, mi corazón en este caso, nuestros corazones. Es esta una riqueza inmensa que debe fructificar en quien la recibe hasta la identificación con Cristo. Es ésta una urgencia: "la caridad nos urge" para el bien mío y de mis hermanos.

Miro, Coyhaique – Chile

* * *
“El gozoso regreso a la casa del Padre”: creo que esta frase sintetiza lo que debe y cómo debe vivirse la vida.
Durante estos días la imagen de Cristo Rey, que nuestra parroquia tiene como patrono, está recorriendo cada comunidad. Claro que es una imagen con Cristo sentado sobre un trono, con el mundo en las manos, que para nada refleja al Rey que muere en la cruz por amor, y que desde allí es donde realmente reina. Pero en fin, aún con esa imagen algo compartí hoy con los hermanos que llegaron al momento de oración. La liturgia nos ayuda con los textos que nos ofrece, a ir tomando cada día más conciencia de cómo estamos viviendo el tiempo que de prisa vuela. Inicié con una estrofa de un canto: "Señor, Tú eres la persona más importante en este lugar. Rey de reyes, Señor de señores, Tú eres Aquel que mi vida cambió”. Cada uno iba expresando su experiencia de vida en relación al Rey de reyes, de cómo Él ha ido actuando en ella, intercalando la estrofa del canto. Y así fuimos tomando conciencia, desde el texto de este domingo, de nuestro caminar con Dios, cómo Él ha ido actuando en nuestras vidas y que tan Rey ha sido en ellas.
Si cada día es Él, el Rey en nuestro actuar, en nuestro decir, cargándonos con lo necesario para poder recibir su llegada, creo que seremos reconocidos, porque todo lo hemos hecho en ÉL, para Él y con Él, porque reina en lo profundo, y todo lo que nos moviliza está inmerso en Él.
Sobre todo en estos tiempos creo que urge reconocer la presencia del Rey de reyes en nuestras vidas, de poder conocer qué tenemos y qué nos falta para el encuentro con Él. Cada día regreso hacia Él y que rápido se hace cuando pasan los años, cada día el regreso se hace más corto. Por lo tanto no debo quedarme dormida, urge que pueda hacer bien el bien que me permite realizar. Lo poco y nada que he realizado hasta ahora me da la gracia de poder ir regresando con gozo, aunque por ahí mi lámpara se vacía, pero confío siempre, eso sí, en su infinita misericordia y paciencia para conmigo.

Hilda, Llo Lleo – Chile

* * *
Es verdad. Debemos reflexionar de cómo vivimos, para darnos cuenta si el camino recorrido nos lleva verdaderamente al encuentro con nuestro Padre. Quizá nos falta adentrarnos más en nuestro interior, y ver quién está ahí. Quién es el que realmente habita nuestro corazón. ¿Nuestras preocupaciones? ¿Nuestros miedos? O más bien, ¿miramos nuestro propio ombligo? Personalmente pienso que debe haber una conexión diaria con Jesús, para que nuestro corazón vaya cambiando según su voluntad. Estar preparados es simplemente dejar que Jesús habite nuestro corazón, y que nos entreguemos totalmente en sus manos. Él de a poco nos irá cambiando ese corazón de piedra que tenemos, y nos irá enseñando cómo cimentar nuestra vida en él y en su amor y así llegar a su encuentro con nuestras lámparas encendidas.
Qué la misericordia infinita de Dios, nos ayude a mantener la lámpara encendida en nuestro caminar hacia la Vida Eterna y que él sea, en definitiva, la roca donde cimentamos nuestra vida.


Lorena, Santiago – Chile


 



viernes, 4 de noviembre de 2011

“HACIA TI, morada SANTA”.



















Querido/a Amigo/a:

Envío el breve comentario sobre el evangelio de este domingo:
Hacia ti, morada santa”.
Como siempre, es sólo una sugerencia inicial, para que se pueda elaborar un comentario colectivo, con la experiencia y la reflexión de cada uno. Cada uno puede intervenir y aportar, si quiere y cuando quiere, sus opiniones y reflexiones, que luego serán enviadas a todo el grupo.
Más ABAJO, un aporte-retorno sobre el evangelio del domingo pasado:
En cuanto a ustedes”.
Un abrazo...
Bernardino


                     " Hacia ti, Morada Santa"                

La vida como un camino...
¿Hacia dónde? ¿Y cómo recorrerlo? Son preguntas fundamentales, que muchas veces no queremos enfrentar, dejándonos simplemente vivir y tratando de solucionar cada día los problemas contingentes que se presentan, sin preocuparnos de un horizonte futuro más amplio. A lo sumo, las preocupaciones hacia el futuro van en la línea de la salud, del dinero, de la seguridad afectiva. Con una parábola no fácil, Jesús nos abre a la perspectiva del Reino de Dios.


EVANGELIO de
San MATEO 25, 1-13
Lectio Domingo 06 de Noviembre 2011


Jesús dijo a sus discípulos...
esta parábola: El Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco prudentes.
Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite, mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos.
Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas. Pero a medianoche se oyó un grito: «Ya viene el esposo, salgan a su encuentro».
Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas. Las necias dijeron a las prudentes: «¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan. Pero éstas les respondieron: «No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado».
Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta.
Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: «Señor, señor, ábrenos».
Pero él respondió: «Les aseguro que no las conozco».
Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora.



Las diez jóvenes de la parábola...
nos representan a todos, y el atraso de la llegada del esposo es el tiempo de vida que Dios nos da. Podemos vivirla como las jóvenes necias, o como las prudentes. Y la resistencia en las dificultades o la conclusión de la misma vida serán el fruto de cómo la hemos vivida.
Nuestra muerte es presentada como el feliz ingreso al banquete definitivo del Reino de Dios, pero el ingreso no depende del despertar de un momento, sino de la actitud de toda la vida. Las jóvenes necias, que no llenaron de aceite sus frascos, son parecidas a los que construyen su casa sobre la arena, sin sólidos fundamentos. Tal vez la casa será hermosa, cálida, acogedora, pero no resistirá y se vendrá abajo cuando lleguen las lluvias, los vientos huracanados, las inundaciones. Jesús dice que la construcción de una vida sin bases, sin cimientos, que son la escucha y la realización práctica de la palabra de Dios, es parecida a esa manera necia de construir una casa.



Pero hay otra manera de construir, prudente, sabia: echar cimientos firmes, “proveerse de aceite”, traducir en la vida la Buena Noticia, con obras de justicia y de paz. Es algo que cada uno debe hacer, que no se puede prestar o trasladar a otro.



El lenguaje de la parábola...
parece duro y egoísta: a las jóvenes que piden “un poco de aceite” para sus lámparas, se les contesta que no. Pero el mensaje es claro: nadie puede salvar a nadie. Cada uno es responsable del bien o del mal que ha hecho. Y tanto más es responsable, si ha tenido la oportunidad de conocer la palabra de Dios y no ha tenido el interés y la pasión de profundizarla y hacerla vida de su vida.
Para evitar esa terrible respuesta: “Les aseguro que no las conozco”, hay que estar “prevenidos”. En el contexto del “discurso escatológico”, que anuncia el fin de un mundo que se ha opuesto a la “visita” del Señor, representado simbólicamente por el templo y la ciudad de Jerusalén, Jesús exhorta a la vigilancia, listos para salir al encuentro del Esposo Jesús. La llegada del Esposo es la referencia constante para despertar todas nuestras energías al servicio del Reino de Dios. Por lo tanto, el problema no es cómo moriremos, sino cómo vivimos; no una buena muerte, sino una vida buena. Y la muerte será el gozoso regreso a la casa del Padre.





TUS COMENTARIOS
SON IMPORTANTES
te esperamos en

    Comentario del pasado Domingo                                                            OSM    2011        


La enseñanza de Jesús, vale para nuestros días, no sólo para la jerarquía de la Iglesia, también para quienes gobiernan o pretenden gobernar el mundo manipulando la justicia a sus intereses, dicen hablar a nombre de la democracia para cometer crímenes en contra de pueblos que piensan diferente. Muchos de estos gobernantes se ocupan de figurar como dueños del mundo, sin importar el hambre que pasa la humanidad. La economía les interesa para hacerse cada día más ricos, sin importar cuántos niños mueren en África por falta de un pan. Si los escribas y fariseos en los tiempos de Jesús enseñaban y no cumplían ellos mismos, hoy vemos muchos obispos y sacerdotes preocupados más en los ritos, que vivir junto al pueblo. A los laicos y laicas se les llama “fieles”, se les utiliza para llenar lugares y hacerse saludar y hacerse llamar “padres”, en vez de acompañar sus alegrías, tristezas como verdaderos prójimos.

Francisco, Oruro – Bolivia

* * *
Todos y todas ustedes son hermanos y hermanas, nos dice el Señor.
A partir de esta idea, veamos que significa la "comunión". Muchas veces escuchamos que tenemos que buscar la comunión en nuestras familias, en nuestras comunidades, en nuestra iglesia, etc. La palabra "comunión" se refiere a poner en común los dones, compartir los regalos. Por ejemplo: como cristianos y cristianas creemos en los dones, "munera", del Espíritu Santo, que ponemos en común para el bien de toda la comunidad. Desde la diversidad de dones, desde la diversidad de carismas, tenemos que buscar la comunión y realizarla también. Viviendo entonces las diferencias entre nosotros como una riqueza y no como una amenaza.
En segundo lugar, la palabra del Señor me hace pensar en la hermosa expresión teológica del Concilio Vaticano II, donde se define la Iglesia como "Pueblo de Dios". Es importante insistir en este concepto, porque algunas veces escuchamos también expresiones como por ejemplo: "el pueblo de Dios con sus pastores". La intuición del Concilio Vaticano II era justamente hablar – en primera instancia, como realidad primera – de la Iglesia como una comunidad de todos y todas.
Hay diversidad de carismas en esta comunidad. Por eso hay también diversidad de servicios (=ministerios). Entre estos hay también ministerios ordenados (diácono, presbítero, obispo). Pero todos los ministerios están al servicio para construir la comunidad, y para cumplir la misión en el mundo. Con otras palabras, los ministerios ordenados: los diáconos y padrecitos y obispos procuran hacer posible que todos y todas los hermanos y hermanas puedan cumplir con su misión particular, siendo su misión particular parte de la misión global de toda la comunidad. Todo el Pueblo de Dios es sacerdotal, lo que se dice también sobre la Iglesia. Todos y todas han sido bautizados y bautizadas en el mismo Espíritu y tienen que ejercer su sacerdocio: ser ministros y ministras al servicio de la vida del mundo.

Gerardo, Oruro – Bolivia


"Vivir el hoy a la manera de Jesús", es lo más difícil: no sé. Cuando escucho: "hay que sentirse orgulloso de ser católico": ¿quién soy yo para sentirme orgulloso? Me siento agradecida de Dios por haberme revelado su existencia, la de Cristo y el Espíritu Santo. Porque Dios Uno y Trino, cuando me creó, sabía que sin él yo no sería nada. Pero yo no me siento poseedora de la verdad. Todos y cada uno de los que existieron, existen y existirán en esta tierra, somos hijos de Dios. Los católicos somos privilegiados como lo fueron en su momento el pueblo de Israel. Ellos no aceptaron la verdad que es Cristo; pero ¿yo he dejado que esa verdad que es Cristo me posea realmente? Podría pensar que por ser bautizada, pertenecer a la Iglesia católica y tener fe en Cristo, estoy salvada. Estoy segura que muchos de aquellos que no conocen a Cristo, llegarán antes que yo al banquete de Dios, porque sin saberlo, han acogido la justicia y misericordia de Dios en sus vidas y con los demás, mejor de lo que yo lo he hecho. Debo trabajar mucho todavía en mi humildad, en mi falta de caridad.
Lorena, Santiago – Chile

EL VIVE 2014


HorariOSM.....................MARCA TU PAIS