"ÁMENSE LOS UNOS A LOS OTROS"

jueves, 23 de febrero de 2012

"EL TIEMPO SE HA CUMPLIDO"


Querido AMIGO / AMIGA:
Envio el breve comentario sobre el EVANGELIO de este DOMINGO PRIMERO DE CUARESMA
"EL TIEMPO SE HA CUMPLIDO"
Siempre es una sugerencia inicial, para elaborar el comentario COLECTIVO, gracias a tu experiencia y reflexión. Cada uno puede intervenire y aportar, si desea y cuando quiera en opinión y reflexión, que luego será enviadas a todos / as.
Abajo el aporte / retorno sobre el Evangelio del Domingo pasado:
"TUS PECADOS TE SON PERDONADOS".

Abrazos Bernardino

                   "El tiempo se ha cumplido"                      

“Conversión”: una palabra casi desconocida en la sociedad, y tal vez demasiado usada en la iglesia, como si en cada etapa del año litúrgico todo debiera comenzar de nuevo.
Jesús usa esta palabra al inicio de su predicación, para indicar el programa que propone a sus seguidores.
Leemos en el evangelio de san Marcos 1, 12-15:
El Espíritu llevó a Jesús al desierto, donde fue tentado por Satanás durante cuarenta días. Vivía entre las fieras, y los ángeles lo servían.
Después que Juan Bautista fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: “El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia”.
Palabra del SEÑOR.



  COMENTARIO 

Después de su bautismo, Jesús...
reconocido por el Padre como el Hijo amado, es llevado por el Espíritu al desierto. El Espíritu que ha bajado sobre él en el bautismo, lo guiará en todos los pasos de su vida, en un enfrentamiento permanente entre el Espíritu de Dios y el Espíritu del mal, hasta el momento en que Jesús ofrece con el último respiro en la cruz el mismo Espíritu a toda la humanidad.
En el desierto Jesús revive...
en el tiempo simbólico de cuarenta días, la experiencia del pueblo de Israel cuando salió de la esclavitud de Egipto y vivió cuarenta años en el desierto camino a la tierra prometida. Para Israel fueron años de prueba y tentaciones, para realizar su éxodo. También para Jesús el desierto es el lugar de la prueba y de la tentación.

El desierto no es simplemente una región geográfica. Es una experiencia permanente que vive el hombre en búsqueda de sí mismo y de Dios. Exige el despojo, el abandono progresivo de las muchas cosas que ocupan el corazón y absorben nuestras energías, para abrirnos a una vida más libre y verdadera, en un perenne proceso pascual de muerte y resurrección. Es el tiempo de la soledad, del miedo, de la incertidumbre, pero también de la lucha, del valor, de la resistencia.
En este camino de purificación aparece Satanás, el obstáculo, el adversario, que puede tomar miles de formas, interiores y externas, para tentarnos y tratar de desviarnos del camino.


También Jesús fue tentado...
El mal no es la tentación, sino “caer”. Por eso en la oración al Padre le pedimos: “No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal”. Las tentaciones de Jesús aparecen durante toda su vida. Será sobre todo la tentación del poder que tratará de seducirlo. Los mismos discípulos a veces se harán voz del tentador, tentando a Jesús y tentados ellos mismos, al punto que Jesús dirá a Simón Pedro: “Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres”. Sus adversarios, como “fieras”, lo cercarán hasta lograr su crucifixión, mientras que discípulos y discípulas lo servirán como “ángeles”. Como él y con él, podemos vencer la tentación.
Sólo después de la experiencia del desierto, Jesús comienza su misión, desde Galilea. Galilea es el lugar del inicio, y también del reinicio después de la resurrección. Desde Galilea Jesús comenzó a proclamar la Buena Noticia: no hay que esperar más, ésta es la hora fijada por Dios para que comience un tiempo nuevo, el tiempo en que Dios, a través de Jesús, quiere ofrecer su reinado a los que lo acojan. Los que crean y acepten esta buena noticia están invitados a cambiar dirección de su vida: un culto a Dios que nace de un corazón libre y pacificado, que se manifiesta a través de obras concretas, fruto de un amor que supera las infinitas barreras que levantamos para separarnos, discriminarnos, excluirnos.
El mundo nuevo que estamos llamados a realizar, animados por el mismo Espíritu de Jesús, va contracorriente: no el poder, sino el servicio; no la pelea y la competencia, sino el amor. Jesús mismo, el Hijo del hombre, el hombre verdadero, demostrará con la entrega de su vida que este cambio es posible, haciendo creíble la Buena Noticia



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Es llamativo cómo Jesús conversa con dos grupos de personas bien diferentes.
Un grupito del pueblo hace lo imposible para acercarse a él, y para esta pequeña comunidad "viendo la fe de esos hombres", hace lo que "sólo Dios" puede. No actúa a base de la fe solamente del paralítico, sino responde a lo que esta comunidad de base en su conjunto busca.
Hay otro grupito "de unos escribas que estaban sentados allí". Quiere decir que por privilegio institucional ya estaban cerca de Jesús. Ellos se resisten a creer en la acción liberadora de Jesús, en alma y cuerpo, pero la voluntad de Dios se manifiesta "a la vista de todos".
Vemos cómo el actuar de Jesús, movido por la fe de unos, al mismo tiempo cuestiona la falta de fe de otros.

Gilberto, Oruro – Bolivia

* * *
Andamos endilgando culpas a diestra y siniestra por lo que nos sucede en la vida: si no es a padres incomprensivos, es a maestros desatentos o parejas insensibles, o a la vida misma que se “ensaña” con nosotros y no nos deja ser felices, crear o progresar.
La única culpa que no nos damos cuenta que tenemos que perdonarnos es la de haber olvidado quienes somos, que no estamos separados de la totalidad de la vida y la conciencia de la que formamos parte. Que no es pidiendo a Dios favores como crecemos ni implorándole perdón por nuestras humanas equivocaciones, sino comprendiendo que Dios está en nosotros. Sentirlo en comunión es hacernos responsables del milagro de la vida única que cada uno tiene para aprender y crecer.
El perdón es el regalo por el cual liberamos el corazón de la carga de perturbaciones con la que lo hemos cerrado buscando olvidarnos de la culpa de sentirnos incompletos, frustrados, incompetentes, incomprendidos y depositando esta culpa en todos los que nos rodean que sentimos que nos juzgan y nos condenan.
Eres libre de pecados, eres parte de todo y a la vez único, eres un ser destinado a ser feliz. Acéptate, vuelve a casa, ¡vive! Eso es lo que dice Jesús: vuelve a tu templo interior, deja de buscar quien te libere de una condena inexistente, busca el tesoro de tu corazón escondido y vuela alto, tan alto como tu sueño quiera…


Isabel, Citybell, La Plata – Argentina

* * *
Evidentemente el precio del complejo de culpa es muy alto, no hay quien sobreviva a su veneno. La persona que se siente culpable se encierra en si misma, es invadida por la soledad y se paraliza. Pero además se enferma, porque las emociones negativas afectan al sistema neuroinmunológico...
Lo que Jesús hizo fue darnos la clave, el perdón, y en todos los mensajes de los evangelistas vemos esto, que la ciencia está recién descubriendo, que las emociones negativas son causa de muchos males. También Pablo fue explícito: Quítense de ustedes toda amargura, enojo, ira, gritería, calumnias y toda malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
Pero, en esta era en que no leemos la biblia, creo que el perdón de los pecados pasa por "tratamientos" de todo tipo, para que la gente llegue a la conclusión que yo llegué.
En primer lugar, es necesario analizar la palabra pecado. Yo tenía una lista de todos los posibles pecados que uno podía cometer, del primero al décimo mandamiento de la Ley de Dios. Me la dieron las monjas de mi colegio. Pero resulta ser, que esos pecados, si los he cometido, no me hacían sentir culpable. Creo que esa lista no era aplicable a mi vida... En realidad, las veces que me he sentido culpable han sido por haber causado algo o no haber evitado algo. ¿He mentido? ¡Seguro! Pero no pasaba nada trágico. He robado galletas a mi mamá, pero no pasó nada, en fin...
Por eso creo que es necesario analizar la psicología, para ver por qué la gente se siente culpable, conocer cuáles son las causas del complejo de culpa, y al mismo tiempo, estudiar cómo podemos prevenir o evitar su aparición, y cómo luchar contra ella. Si conocemos las causas, entonces podemos dar explicaciones y revertir los sentimientos de amargura.
¿Quién es el dueño de la verdad que nunca se equivoca y hace siempre lo correcto? ¿Quién es el que está libre de toda culpa? Ninguno, sin embargo no todos pueden seguir viviendo normalmente sus vidas después de creer que se han equivocado, porque le es difícil aceptar que no es perfecto. Creo que es necesario que todos comprendamos que a veces sólo hacemos lo que podemos, y no lo que creemos que deberíamos haber hecho. En este sentido, también es necesario analizar las circunstancias en que ocurrieron las cosas.
Te digo cómo creo que son los paralíticos actuales:
1. Los demasiado responsables, que creen que el mundo depende de ellos y que si algo sale mal, es su responsabilidad = culpa = stress.
2. A veces, las personas se sienten culpable cuando no pudieron actuar según sus expectativas y sus propios valores. Les duele y por esa razón se sienten en falta e imposibilitadas de continuar con su vida y seguir creciendo.
3. Algunas personas sienten culpa y creen que necesitan castigo, porque se ven como las peores personas de la tierra y entonces se empeñan en sufrir por lo que han hecho, han omitido o han dicho. Estas personas necesitan evaluar objetivamente las situaciones; para darse cuenta que todo aquello por lo que se culpan fue lo único que pudieron hacer en ese momento de sus vidas.
4. A veces, la culpa nos permite justificar nuestra inoperancia, porque asumimos el papel de victima y nos liberamos de esas cadenas transfiriéndoselas a otros. Y hay personas (conozco a varias) especializadas en transferir la culpa y buscar chivo expiatorios. Te hacen sentir culpable, y con eso se liberan del tema. Tengo miles de ejemplos, porque he vivido esto en carne propia. Las famosas frases: "Esto no hubiera pasado si tú hubieras…", o "si tú no hubieses…" . Y nos transfieren sus propias culpas y su falta de responsabilidad para hacerse cargo de sus propias vidas.
5. Muchas personas tienen complejo de culpa porque son producto de la actitud demandante de sus familiares, que nunca están satisfechos y siempre están exigiendo algo más, como el pago de un tributo por existir gracias a ellos.
6. Hay gente que se deja abusar emocionalmente. Te dice: ¿Cómo puedes estar tan contenta si hay tanta gente que sufre en este mundo? Te hacen sentir culpable por ser feliz.
Debe haber más. Hay que seguir pensando.


Liz, Oruro – Bolivia

* * *
No siempre reconocemos que nuestra casa interior está enferma por el pecado, que necesita de la salvación del Señor, y a veces se ve reflejada en nuestro cuerpo enfermo. Esa es la propuesta de Jesús: liberar nuestro interior y nuestro cuerpo y aún más, cargar o asumir nuestra enfermedad del cuerpo y del espíritu. Con fe y confianza en Jesús podemos liberarnos.


Gladys Edith, Coyhaique – Chile

 * * *
“Tus pecados de son perdonados”, admiro la bondad de Jesús en estas palabras y al mismo tiempo pienso en cuánto nos cuesta a nosotros los seres humanos el perdonar a otra persona. Creo que lamentablemente estamos perdiendo estos momentos de encuentro con uno mismo, para poder analizar quiénes somos, para así perdonar a quienes nos han hecho algún daño, porque no se puede vivir con el alma enferma de rencor. Una vez que aprendamos a perdonar, seremos libres tal como Jesús nos enseña en cada uno de sus actos.


Judith, Oruro – Bolivia

* * *
Nuevamente yo reflexiono sobre el atrevimiento del pecador, pues cundo uno sabe y está consciente de que Dios puede perdonar sus pecados y está dispuesto a cambiar su presente modo de vivir por uno nuevo, busca la forma de acercarse a Dios, no importa siendo colgado desde el techo aún a riesgo de ser soltado.
Ahí no interesa que dirá la gente, pues lo que sí le interesa es poder llegar a lado de Jesús, quien es el que puede hablar por el Padre y decirle: "Tus pecados te son perdonados". Así que reconozcamos que algunas veces hemos fallado e intentemos acercarnos a Dios a través de su Hijo.

Julián Arias, Oruro – Bolivia




jueves, 16 de febrero de 2012

"TUS PECADOS TE SON PERDONADOS".









QUERIDO AMIGO / AMIGA
Te envio un breve COMENTARIO sobre el EVANGELIO de este Domingo 7mo del tiempo Ordinario en nuestro Ciclo "B":
"TUS PECADOS TE SON PERDONADOS".

Como sabes la REFLEXION es sólo una sugerencia inicial para elaborar comentarios colectivos, así con tu experiencia aportas al grupo cuando quieras y si lo quieres... luego todos nos beneficiamos de la experiencia de fe del otr@ .
Abajo el aporte-retorno sobre el Evangelio del pasado domingo:
"EXTENDIO LA MANO Y LO TOCO"

                                              Abrazos, Bernardino


              "TUS PECADOS te son PERDONADOS"          

Oprimidos por el complejo de culpa. Hay personas que no logran levantar vuelo, asumir con energía positiva la vida y desarrollar todas sus potencialidades, porque están aplastadas por el peso de sus culpas, a veces sin tener clara conciencia de cuáles son y por qué condicionan tanto.
Tenemos un bellísimo texto en el evangelio de san Marcos, que nos indica el camino que Jesús nos propone para una vida plenamente libre y feliz, no atada al pecado y al peso del pasado.

Leemos en Marcos 2, 1-12:
Jesús volvió a Cafarnaúm y se difundió la noticia de que estaba en la casa. Se reunió tanta gente, que no había más lugar ni siquiera delante de la puerta, y El les anunciaba la Palabra.
Le trajeron entonces a un paralítico, llevándolo entre cuatro hombres. Y como no podían acercarlo a El, a causa de la multitud, levantaron el techo sobre el lugar donde Jesús estaba, y haciendo un agujero descolgaron la camilla con el paralítico. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados».
Unos escribas que estaban sentados allí pensaban en su interior:  "¿Qué está diciendo este hombre? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?".
Jesús, advirtiendo en seguida que pensaban así, les dijo: «¿Qué están pensando? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: "Tus pecados te son perdonados", o "Levántate, toma tu camilla y camina"? Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados, dijo al paralítico: Yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa».
El se levantó en seguida, tomó su camilla y salió a la vista de todos. La gente quedó asombrada y glorificaba a Dios, diciendo: «Nunca hemos visto nada igual».

Palabra del SEÑOR.



  COMENTARIO 

Jesús está “en la casa”...
 No es sólo la casa como edificio, sino la casa como comunidad, como nueva familia que él está construyendo y que alimenta con su Palabra, con una propuesta abierta y universal. No es fácil entrar en la casa, por el instinto de exclusivismo de los primeros invitados. Otros vienen del norte y del sur, del este y del oeste, cuatro hombres trayendo a un paralítico. Es nuestra humanidad herida, que busca sanación y vida. No hay obstáculos que puedan impedir acercarse a Jesús. Los que llevan al enfermo, con una originalidad increíble, abren un boquete en el techo y descuelgan la camilla con el paralítico delante de Jesús.



Lo que dice Jesús es...
 el mensaje más seguro y definitivo: “Hijo, tus pecados te son perdonados”. “Hijo”: cualquier persona seas, de cualquier lugar vengas, cualquier sea tu pasado, eres hijo, hija. ¡Vive! No hay culpa que pueda impedirte vivir. Nada puede separarte de la plenitud de la vida. El encuentro con Jesús-vida te pacifica y reconcilia contigo mismo, con Dios, con todo el mundo.
Jesús, frente al escándalo de los sabios, que no reconocen en él la manifestación de la voluntad del Padre, hace más visible la liberación y sanación del paralítico. Le manda: “Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”: seas dueño de tu pasado, de tu camilla de enfermo, para salir al encuentro de la vida. “Levántate”: éste es el mandato que resuena para siempre, para todos los que se sienten paralizados por la culpa. “Y vete a tu casa”: no debes abandonar tu cultura, tus propias raíces. Esta liberación devuelve la persona a sí misma, feliz de ser lo que es y abierta al futuro.

Desde siempre la iglesia...
confiesa que objeto de su fe no es el pecado, aunque tenga todos los días la experiencia de su fragilidad y sus límites. Proclama con incontenible alegría y esperanza: “Creo en el perdón de los pecados”. Esta certeza nos permite liberarnos de nuestros complejos, abrirnos confiados a la vida, con un corazón agradecido, en armonía y paz.





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"Extendió la mano y lo tocó". Lo que más me llama la atención en esto es el "atrevimiento que tuvo el leproso para tocar a Jesús". Claro, porque ya al saberse excluido de la sociedad judía y de quienes detentaban el poder religioso, ¿para qué siquiera acercarse? Nuestra sociedad, marcada por el consumismo y el cuidado de la imagen, a veces nos aleja de los valores más fundamentales y sencillos de la solidaridad y de la amistad. Porqué no decirlo, también de disfrutar de los cotidiano, olvidándonos de los sencillo y linda que es la vida. Así el leproso se acercó sin temor y sin vergüenza; creo que debemos acercarnos a disfrutar de esta vida que Dios nos regaló maravillosamente, viviendo en lo cotidiano y en lo sencillo, cultivando los valores de la amistad y de la solidaridad sin que nos importe mucho la "imagen de debemos cuidar". Nosotros debemos integrarnos en la sociedad y no esperar que la sociedad nos integre, ya que muchas veces esta sociedad es tan excluyente en todo sentido. Entonces, jalemos la mano e insertémonos en este mundo maravilloso que Dios nos lo dio, y juntos crezcamos en la fe, el amor, la solidaridad y la justicia.
Julián Arias, Oruro – Bolivia

* * *
Qué pena, ¿no? Las personas que se consideran puras se pasan la vida juzgando a los demás y hacen tanto énfasis en la “conducta correcta” que pierden de vista el crecimiento espiritual que deviene de la relación personal que uno tiene con Dios; y no sólo del cumplimiento de los códigos éticos que, muchas veces, son impuestos por la religión. Y lo peor de todo es que sólo son capaces de ver la paja en ojo ajeno y ni se dan cuenta de la viga que tienen en el suyo.
Liz, Oruro – Bolivia

* * *
Como en los evangelios anteriores, Jesús vuelve a poner a la persona concreta, al ser humano por encima de cualquier ley o institución. Si nosotros tuviéramos la misma convicción y seguridad en Jesús que tiene el leproso, y actuáramos en consecuencia, acercándonos a los excluidos como a hermanos, el camino hacia un mundo nuevo y mejor sería más cercano y posible. Nosotros también podríamos ser purificados y sanados de egoísmos y ansias de poder, si verdaderamente viviéramos el amor y la solidaridad que Jesús vivió. Cada día hay que volver a hacer el intento de construir nueva humanidad por nosotros y por los otros.
Lucía, Montevideo – Uruguay

* * *
"No le digas nada a nadie". Sorprende que, una vez más, Jesús esté pidiendo de no hablar de su persona. Parece decirnos: lo que realmente importa son ustedes mismos, los que se están liberando de la exclusión y la soledad, la erupción del Reino de Dios en este mundo. Jesús mismo se pone en la sombra del Plan del Padre. Todos los cristianos tenemos la misión de dejarnos tocar por Jesús y de procurar que los demás – grupos, situaciones, personas – sean tocados por Jesús, sin que por eso siempre tengamos que mencionar su nombre. Lo que importa es la sanación de la sociedad, para que haya menos discriminación y más solidaridad. No hagan o no digan nada, pide Jesús, que pueda perjudicar esta misión.
Pero, sí, a los que consideran que, por ser ya "puros", no deben ser tocados por Jesús, hay que darles testimonio de las maravillas que Jesús está obrando en este mundo, a veces sin su "etiqueta".
Gran tarea para la Cuaresma: al supuestamente "puro" (y por eso impuro) que está en cada uno de nosotros, en nuestra iglesia y sociedad, dejarlo tocar por la mano ya extendida de Jesús.
Gilberto, Oruro – Bolivia

* * *
La confianza del leproso, que sabiendo que estaba impuro se acerca a Jesús para pedirle que si quería lo sanara. Me impresiona la actitud de conmoción ante el leproso en que le dice “lo quiero”. Es esa actitud de Jesús que tiene con nosotros, espera que le pidamos ayuda, pero nuestra lepra no nos deja ver la misericordia de Dios, nuestra lepra del egoísmo, soberbia, autosuficiencia. Nuestros egos nos impiden ver la misericordia divina. Pido a Dios que nos libere de esa lepra que no nos deja amar a los hermanos y ser misericordiosos con ellos.
Gladys Edith, Coyhaique – Chile


viernes, 10 de febrero de 2012

"EXTENDIO LA MANO Y LO TOCO"




















QUERIDO/A AMIGO/A
Te envio un breve comentario sobre el EVANGELIO de este Domingo :
"EXTENDIO LA MANO Y LO TOCO"
La reflexión como sabes es sugerencia inicial, para elaborar comentarios colectivos , con tu experiencia y la reflexión de cada un@. Intervienes y aportas, si quieres y cuando quieras... luego la compartiremos a todas.
Abajo el apote - retorno sobre el evangelio del domingo pasado:
"LA TOMO de la MANO"
                                                   
                           Abrazos... Bernardino                                  



                       "Extendió la mano y lo tocó"                 

Proliferan en la sociedad y en la iglesia grupos integristas, que se consideran puros, separados de la impureza de todo el mundo. Sólo ellos tienen la verdad y la santidad, y denuncian los pecados de los demás. Son los elegidos, mientras que los demás no merecen consideración ni de parte de Dios ni de parte de los hombres.

  
La enseñanza de JESUS va en una dirección bien diferente.
Leemos en el evangelio de san Marcos 1, 40-45:
Se le acercó un leproso a Jesús para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: «Si quieres, puedes purificarme». Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Lo quiero, queda purificado». En seguida la lepra desapareció y quedó purificado.
Jesús lo despidió, advirtiéndole severamente: «No le digas nada a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio».
Sin embargo, apenas se fue, empezó a proclamarlo a todo el mundo, divulgando lo sucedido, de tal manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que debía quedarse afuera, en lugares desiertos. Y acudían a Él de todas partes.
PALABRA de DIOS.


  COMENTARIO 

Jesús se encuentra con un leproso...
Es difícil para nosotros hoy entender toda la dramaticidad y la fuerza simbólica de este encuentro. El enfermo de lepra era alejado de la sociedad y declarado impuro. No podía acercarse a ningún lugar poblado y si se cruzaba con alguna persona tenía que gritar su condición para que todos se alejaran. Decía la ley: “La persona afectada de lepra llevará la ropa desgarrada y los cabellos sueltos; se cubrirá hasta la boca e irá gritando: ‘¡impuro, impuro!’. Por ser impuro, vivirá apartado y su morada estará fuera del campamento”. Condenado a la soledad social y religiosa, lejos de su familia y lejos de Dios: un muerto en vida.
Marcos nos dice que...
un leproso se acercó a Jesús. Su atrevimiento es una gravísima transgresión de la ley. Lo anima una certeza absoluta, una confianza total en Jesús: “Si quieres, puedes purificarme”. Jesús tendría que rechazarlo y reenviarlo a su soledad. En cambio se hace solidario con el enfermo, lo acoge con “entrañas de misericordia”: “se conmovió, extendió la mano y lo tocó”. El leproso es símbolo de la humanidad enferma que busca salvación. Y los gestos de Jesús nos permiten penetrar en el misterio de un Dios que se hace hermano nuestro y comparte nuestra miseria. El detalle increíble que subraya Marcos: “Extendió la mano  y lo tocó”, revela la total solidaridad de la encarnación. Tocando al leproso Jesús se hace como él, leproso y excluido, y derriba el muro de separación entre puro e impuro.
La declaración es firmísima: “Lo quiero, queda purificado”. Y desapareció la lepra. Esta es la voluntad de Dios, y para eso Jesús ha venido.
Envia al hombre liberado de la Lepra al sacerdote, al custodio de la ley de separiación, al hombre puro que juzga y excluye a los "impuros".


¿Se habrá convertido el sacerdote?..


Marcos no lo dice. Dice sólo que Jesús tendrá que pagar el precio de su solidaridad: como un leproso, “no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que debía quedarse afuera, en lugares desiertos”. Lo reconocerán como compañero todos los excluidos y le darán su adhesión: “acudían a Él de todas partes”. Son ellos, los excluidos de las sinagogas de todos los tiempos, los portadores del sueño de Dios de una nueva humanidad.



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A lo largo de varios evangelios se puede aprender mensajes de solidaridad con los demás. En el evangelio de Marcos, una persona está enferma y la ayuda que Jesús le brinda no busca un pago o retribución, como ocurre hoy en día. Muchos hombres y mujeres sufren enfermedades graves y no tienen recursos económicos para poder aliviar su dolor, porque hemos aprendido lo que la globalización impone, ser individualista, pensar en uno mismo, mirar del balcón sin importarnos lo que ocurre a nuestro alrededor. Jesús va más allá: expulsa demonios a quienes no los deja hablar. Hoy en día se puede interpretar a los demonios, como la pobreza, el narcotráfico, las drogas, el egoísmo, el consumismo y muchos otros males de esta sociedad que sólo busca la muerte. En cambio Jesús sana y da vida. La oración que Jesús hace al amanecer es una practica fuerte de comunicación con su Padre. En la actualidad muchos nos hemos olvidado y sólo practicamos la repetición como “loritos”. Eso no creo que sea oración.
Francisco, Oruro – Bolivia

* * *
Estoy segura que la suegra “se puso a servirlos” porque ésta era la tarea de la mujer: no hay salida... De otra manera, ¡saltan todos los equilibrios!
Lo que me conmueve es el gesto de confianza de Jesús, la libertad de ser tierno amigo sin temor de las leyes. Y el ejemplo que remueve los fundamentos de nostras relaciones, incluso las que quieren ser "generosas". La participación emotiva, afectiva, en el hacerse hermano del otro...
Jesús se retira al alba para orar. Ponerse en su propio lugar frente a Dios y a los hombres, limpiando la mirada de la tentación de todo pequeño poder: también ésta es una indicación del camino que hay que recorrer.
Sandra, Pádova – Italia




* * *
Doy gracias a Dios, por el interés de Jesucristo demostrado de tantas formas, por su paso en la tierra, su forma de tratar a las personas, devolviendo la dignidad humana y más aún en una sociedad judía de su tiempo... Bueno, la nuestra no es mejor que entonces en muchas maneras. Me fascina encontrar tantas veces también su palabra "levántate". Es la salvación integral: sana, libera, anima, despierta para levantarnos de todo lo que nos impide ser verdaderos hijos de Dios.
¡Aleluya y gloria a Dios!
Haydee, La Paz – Bolivia


* * *
Realmente nunca me había llamado la atención la sanación de la suegra de Simón. Pero me había dejado inquieto, como toda palabra del evangelio. La explicación me permitió fijarme en ese gesto de Cristo de alargar la mano y levantar a la mujer postrada. Es un gesto che se repite en el evangelio. Es el gesto más maravilloso che se ha dado en el mundo: levantar al hombre caído para devolverle toda su dignidad y salud; y hacerle descubrir que en adelante su vida será servir por amor porque para eso Dios nos ha creado. Cada hombre, cada mujer che tengamos fe en Él podemos experimentar la virtud de esa mano tendida hacia nuestra humanidad enferma.
Miro, Coyhaique – Chile


sábado, 4 de febrero de 2012

"LA TOMO de la MANO".



Querido/a Amigo/a:

Envio el breve comentario sobre el EVANGELIO de este Domingo:
"LA TOMO de la MANO".
Como siempre,  es sólo una sugerencia inicial, para que se pueda elaborar un comentario colectivo, con la experiencia y la reflexión de cada un@. Cada un@ puede intervenir y aportar, si quiere y cuando quiere, sus opiniones que luego serán enviadas a todo el grupo

Más abajo un aporte - retorno sobre el evangelio del Domingo pasado: "¡CALLATE!"

Un abrazo... Bernardino



                         “La tomó de la mano”                            

Vivimos en un mundo competitivo. El que no defiende con firmeza sus espacios y sus intereses es inmediatamente atropellado y excluido. Y la globalización en la que estamos siempre más integrados, ha fortalecido la exigencia de la competitividad, no sólo a nivel económico y comercial, sino también a nivel cultural y espiritual. ¿Cómo estar dentro de estos fenómenos, sin perder la originalidad de discípulos de Jesús?

Algo podemos aprender del evangelio de san Marcos 1, 29-39:

Jesús fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato. Él se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos.
Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados, y la ciudad entera se reunió delante de la puerta. Jesús sanó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a éstos no los dejaba hablar, porque sabían quién era Él.
Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando.
Simón salió a buscarlo con sus compañeros, y cuando lo encontraron, le dijeron: «Todos te andan buscando». Él les respondió: «Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido».
Y fue por toda la Galilea, predicando en las sinagogas de ellos y expulsando demonios.
PALABRA de DIOS


Después de liberar a un hombre poseído...
por el espíritu del mal, Jesús sale de la sinagoga y va a la casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón está en cama con fiebre. Jesús “se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar”. No le tiene miedo a la “impureza legal” que va a contaminarlo, ni a la transgresión de la ley del reposo del sábado. Le importa la vida de la persona concreta. No hace sólo un gesto de bondad y misericordia, lleno de delicadeza para con una mujer anciana y enferma, una de las personas más vulnerables de la sociedad judía. Ella es un símbolo de nuestra humanidad enferma. Y los gestos de Jesús, que se acerca, toma de la mano y levanta, nos dicen la infinita ternura de Dios, que en Jesús se acercó a nosotros, asumiendo plenamente nuestra condición humana, para sanarnos y levantarnos. Son gestos que debemos aprender, para repetirlos en nuestras relaciones que tendrían que ser siempre sanadoras: acercarse, tomar de la mano, levantar.
San Ambrosio, reflexionando sobre este texto del evangelio, comenta: “Nuestra fiebre es la avaricia, nuestra fiebre es la sensualidad, nuestra fiebre es la lujuria, nuestra fiebre es la ambición, nuestra fiebre es la cólera”. Nosotros podríamos alargar la lista de las enfermedades que nos aquejan.

La suegra de Simón,
que en el contexto del evangelio de Marcos puede representar a movimientos que buscaban la renovación de Israel por caminos equivocados, con la “fiebre”, el fuego de la violencia, recupera la salud, su plena dignidad: “no tuvo más fiebre y se puso a servirlos”. No se pone a servir porque mujer, como muchas veces se le exige en la sociedad y en la iglesia, sino como persona que ha encontrado a Cristo y aprende de él a servir con toda la dedicación de su ser. Es la identidad de cada discípulo de Jesús.
Y cuando la fama de Jesús se extiende, porque “sanó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios”, Jesús desaparece: “por la mañana, antes que amaneciera”, se retira, solo, en oración, en diálogo íntimo con el Padre. Pide por sí mismo y por los discípulos. La fama, el prestigio, el poder, son tentaciones demasiado fuertes, a las cuales es difícil resistir. Simón se entusiasma y presiona a Jesús: “Todos te andan buscando”. ¿Cómo no aprovechar un momento tan favorable? Por todo el evangelio de Marcos, Simón Pedro será atraído por esta tentación.

Jesús le abre otro horizonte: “Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido”. Ha venido para “predicar”, anunciar a todos la buena noticia, con hechos y palabras. No ha venido para cosechar beneficios para sí mismo, sino para revelar un proyecto de Dios, que quiere sanar a la humanidad, para que abandone la cama de sus enfermedades, se levante y recupere la plena verticalidad de su ser, siguiendo al que “no ha venido para ser servido sino para servir y dar la vida”.







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 COMENTARIOS DEL DOMINGO PASADO                                                                                             

¡El Señor es maravilloso! Pone en nuestro camino la palabra que necesitamos escuchar para que sea bálsamo en nuestro corazón. Para que podamos diferenciar la voz del maligno de su propia voz. Sé que el Señor me ha llamado... quizá por asombro del mismo llamado. Sólo he podido guardarlo en mi corazón y no pude contestar como debía. El maligno está allí buscando alejarte de tu camino, te injuria, te provoca. ¡Estemos atentos! Saludos en Cristo.

Raquel Larrama – Estados Unidos

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AUTORIDAD VS. PODER
"Estaban asombrados porque enseñaba como quien tiene autoridad". "Todos quedaron asombrados: Enseña de una manera nueva, llena de autoridad." Dos veces se dice, con insistencia: Jesús impresiona a todos por traer un mensaje nuevo de una manera nueva. Habla y actúa no desde el poder, sino con autoridad. Poder se impone con amenazas y castigos. Autoridad se reconoce a base de sabiduría y del testimonio de santidad, del vivir conforme a la voluntad de Dios. Seguir a Jesús y vivir su mensaje nos hace capaces de generar liberación para los demás, simplemente por lo que somos y hacemos.

Gilberto, Oruro – Bolivia

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¿Cuánta sorpresa podemos sentir cuando alguien nos libera o libera a otra persona? ¿Cuán necesitados estamos de esa liberación? Aún hoy, o quizás especialmente hoy, la liberación es una demanda permanente y total. Todos buscamos y esperamos liberarnos de los pesos que cargamos, de los problemas cotidianos, de las penas que nos aquejan, de las dolencias físicas, pero ante todo, de la angustia espiritual que nos aqueja. La liberación externa e interna sigue siendo demanda vital. Pero creo que no podemos ser sujetos pasivos en el proceso de liberación personal.
Si bien Jesús es quien echa al demonio del cuerpo de ese hombre, la verdadera liberación personal se da a través de Jesús, lo que significa trabajo personal, dedicación, esfuerzo, para poder estar en Jesús, estar en él y con él.
Así que a trabajar. La verdadera libertad de los demonios internos y de los externos implica compromiso y acción, no una actitud pasiva.

Manuel, La Paz – Bolivia

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El evangelio de este domingo, en que Jesús libera de demonios, lo siento un llamado a la esperanza. No estamos solos. Tenemos a Jesús que nos libera de nuestros demonios internos, pero es necesario que participemos. Todas las personas tenemos lados oscuros de nuestra personalidad, constituida por el conjunto de experiencias negativas que vamos acumulando desde cuando estamos en el seno materno: frustraciones, experiencias dolorosas, vergonzosas, temores, rencores, agresividad, faltas de perdón, que se alojan muchas veces en el inconsciente. Es como la parte oscura del alma del ser humano. Siempre he pensado que es ahí donde se pueden alojar los demonios que nos tiran para abajo y nos hacen sentir mal, poco capaces, indignos o llevarnos a la maldad, al egoísmo, el ansia de poder, la manipulación, que muchas veces lleva a las familias a la violencia, por que se repiten patrones familiares o sombras familiares. No es fácil reconocer nuestro lado oscuro que nos impide relacionarnos con los demás desde la emocionalidad del amor. Hoy Jesús nos brinda la esperanza de liberación, pero yo creo que es necesario también recorrer junto a Jesús el camino del encuentro personal con nuestro lado oscuro y demonios internos que todos llevamos.
Mónica, El Abrazo de Maipú – Chile

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