"ÁMENSE LOS UNOS A LOS OTROS"

jueves, 29 de marzo de 2012

“UN ASNO ATADO”.



Querido AMIGO / AMIGA
Te envío el breve comentario sobre el Evangelio de este DOMINGO de RAMOS
“UN ASNO ATADO”. 
La reflexión, como siempre, es sólo una sugerencia inicial, para que se pueda elaborar un comentario colectivo, con la experiencia y la reflexión de cada uno. Cada un@ puede intervenir y aportar, si quiere y cuando quiere, sus opiniones y reflexiones, que luego se comparte a todo el grupo.
Más abajo se encuentran las Reflexiones de nuestr@s herman@s del pasado QUINTO DOMINGO de CUARESMA:
"QUEREMOS VER A JESÚS"


Abrazos    P. BERNARDINO 





                     >>  UN ASNO ATADO <<                    

Muchas instituciones, incluso las religiosas, con el pasar del tiempo a veces se alejan de la fuerza inspiradora original y se endurecen en la conservación de formas o en la promoción de poder y privilegios para la clase dirigente, que se va identificando con la institución misma.
Algo parecido le ha pasado al pueblo de Israel, que no supo reconocer y acoger la novedad de Jesús, e intentó reconducirlo a viejas ideologías o simplemente lo rechazó.

  Leemos en el evangelio de san Marcos 11, 1-10:                                

«Cuando se aproximaban a Jerusalén estando ya al pie del monte de los Olivos, cerca de Betfagé y de Betania Jesús envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: “Vayan al pueblo que está enfrente y, al entrar, encontrarán un asno atado, que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo; y si alguien les pregunta:  ¿Qué están haciendo? respondan: ‘El Señor lo necesita y lo va a devolver en seguida"
Ellos fueron y encontraron un asno atado cerca de una puerta, en la calle, y lo desataron. Algunos de los que estaban allí les preguntaron: "¿Qué hacen? ¿Por qué desatan ese asno?". Ellos respondieron como Jesús les había dicho y nadie los molestó. Entonces le llevaron el asno, pusieron sus mantos sobre él y Jesús se montó. Muchos extendían sus mantos sobre el camino; otros, lo cubrían con ramas que cortaban en el campo. Los que iban delante y los que seguían a Jesús, gritaban:"¡Hosanna!"¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el Reino que ya viene, el Reino de nuestro padre David! ¡Hosana en las alturas!"«.



PALABRA DE SEÑOR

 

         COMENTARIO    

La entrada de Jesús en Jerusalén...
está llena de grandes contrastes. El pueblo grita de alegría: “¡Hosana! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el Reino que ya viene, el Reino de nuestro padre David!”. Con motivo de la Pascua mucha gente iba a Jerusalén, y era una buena oportunidad para despertar el sueño de un mesías nacionalista, libertador poderoso. Así acogen a Jesús: “Muchos extendían sus mantos sobre el camino; otros, lo cubrían con ramas que cortaban en el campo”: son signos de homenaje y de sumisión.
Jesús parece prestarse a esta expectativa, pero manifiesta la diversidad de su mesianismo. Envía a dos de sus discípulos para que traigan del “pueblo que está enfrente”, “un asno atado cerca de una puerta, en la calle”. 






No busca...
un caballo, para entrar en la ciudad como un triunfador. El asno, en ese tiempo, era símbolo de vida, es el compañero de trabajo del hombre, vive en la misma casa y lo ayuda en todas sus actividades. La imagen de Jesús montado en un burro recuerda la profecía de Zacarías (9, 9): Grita de alegría, Jerusalén, que viene tu rey, justo y victorioso, humilde y montado en un asno”. Pero no es sólo humildad la de Jesús. Es la indicación de un camino diferente. Los detalles del relato del evangelio de san Marcos son muy significativos. El asno que los discípulos van a traer estaba atado: “nadie ha montado todavía”. Es decir, ningún jefe había entrado a Jerusalén como Jesús.






Nadie había optado... 
por un camino de humildad y de servicio a la vida, como Jesús que va a ofrecer su vida. Las autoridades religiosas conocían sólo el camino del interés, del poder, de la dominación y explotación del pueblo, de la violencia. Por eso Jesús no quedará en la capital. Será expulsado y llevado a morir fuera de la ciudad, colgado en la cruz.




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                                             COMENTARIO DEL 5to  DOMINGO de CUARESMA                                  


El cristiano solamente debe tener su mirada puesta en Jesucristo, que es el camino, la verdad y la vida. La cruz representa nuestra muerte a todo lo que el mundo nos ofrece y a nuestros pareceres. En la medida que nos vamos despojando de todo, sin aferrarnos a las personas, cosas, lugares, nos vamos haciendo cada vez más libres. Es su amor que lo inunda todo y me hace amar con un amor distinto a todos. Es su amor transformante el que me transforma para que vea las cosas con el cristal del Señor en mi vida.
Cuando tenemos la certeza que Jesucristo nos salva y redime, sin que seamos dignos y es su gran misericordia la que nos levanta. En los momentos de tribulación hay que mirar la pasión de Cristo, para que nuestro dolor se aminore, y aprender aceptar que el dolor es purificación de nuestra alma y quiere curar nuestras heridas. Nunca permitirá que nada malo le pase a sus hijos. Sólo busca mi bien y toda nuestra vida debe ser para la gloria y alabanza del Señor.
Estamos de paso en este mundo, al igual que el pueblo de Israel en el destierro, añorando la Patria celestial para disfrutar de Su presencia en la vida eterna.

María Teresa, Santiago – Chile

* * *
Todos quisiéramos ver a Jesús… pero, ¿dónde lo buscamos? Generalmente pensamos, y está bien, "en mi prójimo", "en la oración", en la Eucaristía". Pero, ¿dónde debemos buscar primero? para que se manifieste su rostro verdadero en los demás, en la oración y en la Eucaristía? En donde está el Reino de los Cielos en esta tierra, en nuestro interior, en nuestro corazón. Y es donde en general no buscamos, porque nos intimida nuestro interior, no queremos ver lo que hay ahí adentro, porque sabemos que en nuestro interior está todo aquello que escondemos, nuestras miserias, y no queremos reconocer que Cristo conoce cada una de nuestras miserias. Y ¡oh sí! Está ahí, esperando ese primer contacto íntimo entre tu yo verdadero con él.
Lorena, Santiago – Chile

* * *
Desde que leí el texto del evangelio de Juan, resonaron en mí las palabras de los griegos: "Queremos ver a Jesús". Y ahora que leo tu reflexión, empezaste con lo mismo...
También yo quiero ver a Jesús, y Él me dice cómo y dónde y en quién. Cuando niña veía a Jesús muy amigo, compañero, siempre animándome. No ha dejado de serlo, pero en el camino fui descubriendo su dolor, su entrega y con el correr del tiempo vi que también me invitaba a ser ese trigo que muere para dar frutos. Ahora me dice que lo vea en su entrega, que se manifiesta en los hermanos, en lugares en donde no hay esperanzas y abundan los dolores o en aquellos que sin tomar conciencia de su presencia viven como si todo dependiera de ellos y allí está muriendo como trigo cualquiera.
¿Y en mí? Debo también morir, porque sigo al Maestro que me dice que en donde yo esté quiero que tú también estés, y ha ido al Padre a prepararme un lugar para estar junto a Él, y eso me compromete enorme. Cuando contemplaba el Crucifijo, veía que ahí estaba Jesús, y entonces, ¿por qué yo debía estar fuera de esa cruz? Debo también asumirla; y para estar en ese lugar preparado para mí, debo primero morir en la cruz. Sinceramente, espero asumir mi cruz, asumir que debo morir como el grano de trigo y no perder nunca la confianza de que con Él daré frutos de vida eterna.
Hilda, Llo Lleo – Chile


Cuando JESUS nos dice: "El que tiene apego a su vida la perderá", debemos comprendr una enseñanza muy fuerte para nuestras vidas, sabiendo que el compromiso de seguir a JESUS no se refiere a estar todo el día en el templo, sino en nuestra vida, en la sociedad, en nuestros hogares, en el trabajo, en nuestras comunidades y reflexionar cómo enfrentamos lo que ocurre a nuestro alrededor o más allá contantos problemasn contanta injusticia, donde la Cultura de la muerte está presente todos los días; se asesinan pueblos, se invaden naciones a nombre de una falsa democracia. No hacemos nada cuando los medios de comunicación nos transmiten anti-valores... nos callamos, nos gusta mirar desde el balcón, para no arriesgar nuestras vidas, por que nos pueden criticar, encarcelar o matar omo hicieron con Luis Espinal por ser la voz de los sin voz. Pero no sólo en los católicos  o cristianos reconocemos a quienes arriesgan sus vidas por la justicia, también hay muchos mártires y héroes que fieles a sus ideales son asesinados sólo por denunciar los sistemas anti-populares. Tal vez ellos son como los griegos  del evangelio , que quieren conocer a DIOS por que es un DIOS de justicia y derecho. Ël no es imparcial, sí se centra especialmente en los pobre, la viuda, la mujer y el niño abandonado.


Francisco - Oruro.
                                                                                                                                          
***
Conservar la vida para la vida eterna es reconocer que somos parte de esta eternidad, que la vida es un regalo y una escuela para ser transitada y trascendida. El apego a la vida es el apego al ego y sus múltiples personajes que nos dan una "identidad social" desde donde ser reconocidos y reconocer falsamente. El apego puede ser al prestigio, al dinero, a lo material, como así también al papel del caritativo, el noble o aun el santo. Todo es apego ap-EGO.
Escuchar a Jesús es escuchar la fuente del mensaje divino, la palabra de la verdad más allá de las circunstancias históricas de aquel momento. Es la palabra de quien viene a recordarte que somos en tanto que vivimos y en tanto reconozcamos que el hacer no nos hace ser sino que el ser conscientes y auténticos genera acciones creativas, bellas y ciertas, no quehaceres egoicos hipócritas, escondidos detrás de palabras gastadas y manipuladas.
Isabel Fraire, Citybell, La Plata – Argentina

* * *
Unos representantes de la humanidad-en-busca-de-Dios vienen al templo durante la fiesta de Pascua, durante un tiempo sagrado y en un lugar sagrado. Sin embargo igual que los pastores de Belén y los Reyes se encuentran con una nueva manifestación de Dios: Jesús. Comparten sus inquietudes con los discípulos de Jesús y estos, sorprendidos por este interés por su maestro de parte de otros pueblos, lo discuten entre ellos y finalmente avisan a Jesús. Jesús aprovecha esta oportunidad para hablar con sus discípulos y la gente que le rodea sobre lo novedoso y lo profundo de su misión y la de los que quieran seguirlo. En pocas ocasiones lo ha dicho con tanta claridad y su Padre ratifica que eso es la Verdad y el Camino. Seguir el sendero que trazó Jesús, es vivir, gastar la vida, arriesgar el pellejo, perder la vida, para que otros tengan vida. Es no quedar solo; morir para dar fruto, para que otros tengan vida en abundancia. Romero, Espinal, Mauricio Lefebvre, Padre Amado, Domitila Chungara... han gastado y entregado su vida entre nosotros en este camino, que es tan diferente del actuar en el templo del poder y del comercio, para el cual Jesús sacó el chicote.
Gilberto, Oruro – Bolivia




   RECORDANDO EL DOMINGO PASADO                                                        



jueves, 22 de marzo de 2012

"QUEREMOS VER A JESÚS"





Querido/a Amigo/a: 



te envío el breve comentario sobre el Evangelio de este DOMINGO V DE CUARESMA : 
“QUEREMOS VER A JESÚS”
La reflexión, como siempre, es sólo una sugerencia inicial, para que se pueda elaborar un comentario colectivo, con la experiencia y la reflexión de cada uno. Cada uno puede intervenir y aportar, si quiere y cuando quiere, sus opiniones y reflexiones, que luego serán enviadas a todo el grupo.


Un abrazo.
Bernardino
 


     "Queremos ver a Jesús"      


Elementos propios de la vocación del discípulo de Jesús son: vivir en forma concreta la fe, celebrarla en la liturgia y anunciarla en la evangelización. En el anuncio, a veces nos preocupamos más de las modalidades y las formas, o de aspectos marginales, que de la centralidad del contenido. En cambio, todo el evangelio nos orienta a centrarnos en el contenido y en la esencialidad del mensaje. 

 Leemos en el evangelio de san Juan 12, 20-33    

Había unos griegos que habían subido a Jerusalén para adorar a Dios durante la fiesta de Pascua. Éstos se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le dijeron: «Señor, queremos ver a Jesús». Felipe fue a decírselo a Andrés, y ambos se lo dijeron a Je­sús. El les respondió:
«Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado. Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto.
El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna. El que quiera servirme que me siga, y donde Yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme, será honrado por mi Padre. Mi alma ahora está turbada. ¿Y qué diré: "Padre, líbrame de esta hora"? ¡Si para eso he llegado a esta hora! ¡Padre, glorifica tu Nombre!»
Entonces se oyó una voz del cielo: «Ya lo he glorificado y lo volveré a glorificar».
La multitud, que estaba presente y oyó estas palabras, pensaba que era un trueno. Otros decían: «Le ha hablado un ángel».
Jesús respondió:
«Esta voz no se oyó por mí, sino por ustedes. Ahora ha llegado el juicio de este mundo, ahora el Príncipe de este mundo será arrojado afuera; y cuando Yo sea levantado en alto sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí».


PALABRA DE SEÑOR

 

         COMENTARIO    



Mientras Jesús se acercaba...
a Jerusalén para la fiesta de Pascua, la multitud lo aclamaba con hojas de palmera, gritando: “¡Hosana! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor, el rey de Israel!”. Es una explosión de la esperanza mesiánica del pueblo, que aguardaba a un mesías glorioso y potente. Jesús en cambio, cumpliendo con la profecía de Zacarías (9, 9), se montó en un burrito, ofreciendo una imagen bien diferente que la del poder.
Por su parte, los fariseos comentaban preocupados: “¿Ven que no adelantan nada? Miren, todo el mundo ha ido detrás de él”. Es verdad: “Todo el mundo va tras él, incluso “unos griegos”, que representan al mundo religioso no judío, que manifiestan su deseo: “Queremos ver a Jesús”. ¿Qué mueve a estos hombres? ¿La curiosidad? ¿La idea de encontrarse con un hombre extraordinario y prestigioso? Tal vez, como quiere indicarnos el evangelio de san Juan, estos “griegos” habían llegado a Jerusalén para dar culto a Dios en el templo, y tienen que cambiar perspectiva, porque se encuentran con el verdadero templo de Dios, Jesús, adelantándose a todos los pueblos que irán a su encuentro.






Jesús comunica a los discípulos...
qué clase de Mesías es, y cuál será su destino, de manera que ellos sepan bien el contenido que debe tener su futura misión a los pueblos: “Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado”. Ha llegado esa hora tan esperada de su glorificación, que es la manifestación de su amor desde lo alto de la cruz. Va a concluir la entrega de su vida, continuando lo que siempre había hecho, pasando “haciendo el bien”. La culminación es la cruz, no como instrumento de muerte, sino como símbolo de una vida ofrecida, como el grano de trigo que muere en el surco para dar vida nueva.
Hay que aprender de él, no solamente para reconocer la grandeza de su amor, sino para seguirlo por el mismo camino: “El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna”. Está en nuestras manos la posibilidad de echar a perder la vida, justo cuando la guardamos y la cuidamos egoisticamente para nosotros mismos. Pero tenemos la posibilidad de conservarla para la vida eterna, en la medida que sepamos ofrecerla y gastarla en el servicio. Es un camino de maduración interior, que nos libera de nuestras visiones mezquinas, de nuestros dogmatismos y nuestras presunciones, del instinto de imponer nuestras verdades, y nos abre hacia la acogida, la misericordia, el respeto, la lucha por la justicia. Este es el camino que ha recorrido Jesús, y el camino del discípulo, y es el camino que será presentado en la misión a todos los pueblos.




No es un camino fácil...
Significa muchas veces resistencia, rechazo, persecución. Jesús mismo tiene miedo: “Mi alma ahora está turbada” Sólo la cercanía del Padre le da el valor para el último combate: “Ahora ha llegado el juicio de este mundo, ahora el Príncipe de este mundo será arrojado afuera; y cuando Yo sea levantado en alto sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí”. El enemigo, el padre de la mentira, homicida desde el principio, el príncipe de este mundo, será vencido en el momento mismo en que se cree vencedor, levantando a Cristo en la cruz. “Levantado en alto sobre la tierra”, Jesús derrama vida para todos, manifiesta a todos el amor del Padre y atrae a todos hacia él.



jueves, 15 de marzo de 2012

"DIOS AMÓ TANTO AL MUNDO"



QUERIDO /A AMIGO/A
Envío el breve comentario sobre el EVANGELIO de esta IV SEMANA de CUARESMA2012 titulada:
"DIOS AMÓ TANTO AL MUNDO"
La reflexión es sólo una sugerencia inicial para que se pueda elaborar un comentario colectivo, con tu experiencia y reflexión. Cuando desees esperamos tu aporte para ser compartido en el grupo.
Abajo el APORTE - RETORNO sobre el Evangelio del Domingo tercer de Cuaresma2012:
     "LOS ECHÓ A TODOS"   

Un Abrazo
Bernardino
                   "Dios tanto amó al mundo"                      

La palabra “mundo” puede hacer referencia a una realidad muy compleja, que cada uno puede tomar con un significado diferente. El mismo evangelio de san Juan usa la palabra “mundo” a veces para referirse a toda la humanidad, que Dios ama y quiere feliz; otras veces para referirse a esa parte de humanidad, a las fuerzas y a las personas, y a los criterios que se oponen al proyecto de Dios manifestado en Jesús, y se resisten a su luz.

  Leemos en el Evangelio de san Juan 3, 14-21                                        
Dijo Jesús: 
“De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en El tengan Vida eterna. Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en El no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por El. El que cree en El, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios.
En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas. En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios”.

Palabra de DIOS


  COMENTARIO  


El Hijo del Hombre,
el hombre verdadero y maduro, es Jesús. En Él se manifiesta cómo cada ser humano puede realizarse plenamente, identificándose con él, reproduciendo su amor. El destino de Jesús es ser “levantado en alto”, glorificado en la cruz, para que todos lo vean, y todos sepan hasta qué punto puede llegar el amor. Desde la cruz, él derrama vida para todos, y los que la acogen van a tener una vida que no tiene fin. La “gloria” de la cruz es el revés de la “gloria” del poder.


Se puede entender esto, recordando algo parecido que encontramos en el Antiguo Testamento, en el libro de los Números. Durante la travesía del desierto, el pueblo de Israel conoció momentos de grandes pruebas, por su falta de fe, por sus celos y conflictos, por sus rebeldías. Una de esas pruebas fue la plaga de las serpientes venenosas que mordían a la gente causándole muerte. Por sugerencia de Dios, Moisés liberó al pueblo levantando en un poste una serpiente de bronce, de manera que si uno era mordido, levantando la mirada a la serpiente de bronce quedaba sano. De un modo parecido, la humanidad mordida por la serpiente antigua, la que tentó al pecado y causó la caída de los padres de los orígenes, puede encontrar la salvación y la vida mirando a Jesús levantado en la cruz. Él es la manifestación del amor de Dios para con la humanidad, porque “Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en El no muera, sino que tenga Vida eterna”: un amor ofrecido a todo el mundo, sin ninguna discriminación, y que espera una respuesta de fe para que la vida fluya en el creyente para siempre. Hace falta levantar la mirada a él, quitándola de las cosas que nos hacen arrastrar en el suelo, sujetos a la mordedura de la serpiente venenosa.


Dios se ofreció a sí mismo en su hijo, 
para acoger todo el sufrimiento y toda la miseria humana y dirigir a la humanidad hacia un camino nuevo, la realización de su Reino de justicia y de paz. No ha venido para juzgar, para condenar. Nadie es inocente. La salvación es ofrecida gratuitamente a todos. La tragedia se puede dar cuando el hombre decide rechazar este amor gratuito, y prefiere “las tinieblas a la luz”, porque la luz podría revelar la maldad de sus obras. Seguir a Cristo luz, la luz que es la vida, es la verdadera vocación de la humanidad. Él cumple la profecía de Isaías: “Yo, el Señor, te llamé en la justicia, te sostuve de la mano, te formé y te destiné a ser alianza del pueblo, la luz de las naciones, para abrir los ojos de los ciegos, para hacer salir de la prisión a los cautivos y de la cárcel a los que habitan en las tinieblas” (42, 7).




Siguiendo a Cristo...
luz de todos los pueblos, llegaremos a ser un reflejo de su luz, como nos recuerda el mismo Isaías (58, 7-10): “Si compartes tu pan con el hambriento, y albergas a los pobres sin techo, si cubres al que está desnudo y no te despreocupas de tu propia carne, entonces despuntará tu luz como la aurora… Si eliminas de ti todos los yugos, el gesto amenazador y la palabra maligna; si ofreces tu pan al hambriento y sacias al que vive en la penuria, tu luz se alzará en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía”.




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                                             COMENTARIO DEL 3er  DOMINGO de CUARESMA                                  

Cada expresión de la religiosidad humana, desde la más elemental a la más refinada, ha construido templos, centros destinados a expresar y transmitir las verdades, las esperanzas, los ritos, las formas organizativas que nacen de una visión particular del destino del hombre. El templo no es sólo el edificio arquitectónico, sino también el conjunto ideológico, cultural, producido por una experiencia religiosa original. La palabra “templo” incluye todo un conjunto de doctrinas, leyes, ritos, organización que caracterizan una religión histórica, y que dan cuerpo visible a la invisible Palabra bajada del cielo.

Ahora, por una ley fatal que se repite cíclicamente, las formas exteriores, con el andar del tiempo, pierden su vinculación con la Palabra invisible, se endurecen en sus expresiones racionales y en manos de hombres no más vinculados con la vitalidad originaria de la Palabra, se transforman en instrumento de dominación. El templo entonces se transforma en Torre de Babel, que aun teniendo la intención de unir la tierra con el cielo, de alcanzar la cima que llega hasta el cielo, no lo logra por la incapacidad de los constructores de entenderse: han perdido la Palabra.

Pero, a pesar de la incapacidad humana de los constructores, a pesar de la insuficiencia y la temporalidad de los templos edificados, la Palabra eterna sigue su construcción de un templo no edificado por manos de hombre. Cada vez que la casa del Padre se transforma en plaza de mercado, Él la destruye para crear una que corresponda más a la verdad y grandeza de la conciencia humana, que aún viviendo en el tiempo, está llamada a vivir en la eternidad.



P. Giovanni, enviado por Toni, Siena – Italia



* * *


En este tiempo de bullicio, es difícil interpretar lo que Dios quiere. Para vivir cristianamente necesitamos hacer algo de silencio. Hay tantos profetizando y pecando a la vez. Nos hacen faltan hombres y mujeres más auténticos y buenos. La bondad lleva la semilla del amor, se hace explícita y visible hacia los hermanos. Hay que procurar que la familia se enriquezca en amor. Recordemos que alguien en un momento específico sembró en nosotros las certezas de amor que nos acompañan. En el mundo hay tantos niños y jóvenes que viven el horror del desamor y la no consideración.
Aprendamos a darnos, silenciemos la soberbia de las aberraciones cotidianas, seamos signos de paz, vayamos con dignidad revelando en nuestros actos que Cristo es amor. Al llenarnos de amor, nos acercaríamos al Padre, así se pierde el miedo, y nace la esperanza.
La evangelización, es hacer que sea posible que crezcan nuestras capacidades de comunicación y discernimiento y se llene el corazón de luz, que el Espíritu se coloree con matices propios. El discernimiento no se impone, nuestra inteligencia obra cuando es el tiempo justo. Los cristianos no necesitamos más que darnos la posibilidad de comunicar a través de las obras, sin mirar a los demás como objetos sino como dignos hijos de nuestro Padre Dios. Se va aprendiendo paso a paso, lo que es la dignidad. Los hombres y las mujeres que formamos la Iglesia, estamos conscientes de nuestra precariedad.
Gracias por esta Palabra que me llega como un soplo para rejuvenecer mi alma.

Guadalupe, Coyhaique – Chile

* * *
Si Jesús viviera este tiempo, si pudiese opinar sobre lo que hoy se vive en la Iglesia Chilena, tal vez tendría una reacción muy parecida a la de esta lectura. Sin duda nos cuestionaría, por ejemplo, respecto de las causas del fenómeno Karadima, sacerdote acusado de abusos, y que ejerció un embrujo en tantos jóvenes de la Parroquia El Bosque. Las razones por las cuales gozaba también de gran apoyo de la alta jerarquía eclesial. El sacerdote Sergio Pérez de Arce, ex provincial de la congregación de los Sagrados Corazones, da una explicación para ese fenómeno, que es bastante dura: este embrujo se debe a que en la Iglesia se valora “la cercanía al poder, la sobrevaloración de los ricos en la Iglesia, el clericalismo, la obsesión por las vocaciones sacerdotales y el cultivo de una religiosidad individualista no integral". Son realidades que han ejercido una fascinación desmedida y han acallado la única fascinación que de verdad importa: Jesús y su Reino.
De todos modos, no quisiera dejar de reconocer que hay numerosos signos del Reino en medio de nosotros. Por ejemplo, en la gente humilde que trabaja sirviendo muchas veces en el anonimato y que son una invitación a confiar en que si abrimos las puertas de la Iglesia, Jesús nos ayudará a transformar esta realidad. Tal vez los frutos no los veremos, pero no por eso hay que dejar de sembrar.
Creo que tenemos un gran desafío: reconstruir nuestra Iglesia chilena cambiando el eje del poder patriarcal, poder del experto, al poder del amor y el servicio, reconociendo nuestras debilidades, para que esta realidad vaya cambiando, dando paso a una Iglesia entre todos, una Iglesia inclusiva, con participación de los excluidos de siempre, para que logremos la humanización o el cambio de nuestras estructuras eclesiales, que permitan el cultivo del amor y la fraternidad en las comunidades, con espacios de crecimiento integral.
Señor, la Iglesia que tu fundaste, la Iglesia que tanto amas, está enferma... Con todo, nos ponemos en tus manos... Ayúdanos a dejarnos sanar por ti.
Mónica, El Abrazo de Maipú – Chile

* * *
La enseñanza que viene del evangelio de Juan cuando Jesús muestra su enojo al ver al templo convertido en un mercado, debe tener una interpretación no solo del espacio físico donde se comercializan animales, objetos y otros enseres; tampoco sólo de espacio que ha sido edificado en un momento como representación del lugar donde se hace una oración o una ofrenda. Tal vez lo correcto es interpretar a ese templo como la Iglesia, heredera de la comunidad que ha recibido el mensaje de cambio o de liberación y que nos permite continuar construir un reino de justicia y derecho. En momentos críticos de la Iglesia, especialmente en la edad media y particularmente en la época de la llamada conquista a los pueblos de Latinoamérica, esa Iglesia era un mercado donde no importaba el mensaje de Jesús, sino el oro y cuanto se podía acumular para beneficio personal. Producto de ello, las divisiones y corrientes han derivado en una fuerte crisis. Por este motivo, se ha convocado al Concilio Vaticano II, hace 50 años, que ha dado sus frutos en muchos aspectos, por ejemplo la Asamblea de obispos de Medellín (Colombia), donde los obispos de Latinoamérica han constatado la pobreza de millones de personas, producto de la explotación a que han sido sometidos después de la colonización iniciada el año 1492. En esta etapa postconcilio Vaticano II, se puede asegurar que en ese templo aun existen mercaderes, cambistas que desvirtúan el mensaje de vida. Entonces Jesús aun debe estar molesto. A nosotros nos queda aportar para mejorar ese templo.

Francisco, Oruro – Bolivia

 RECORDEMOS    3er domingo de CUARESMA  2012                   







viernes, 9 de marzo de 2012

"LOS ECHÓ A TODOS"


Querido AMIGO /A 
Te envío el breve comentario de este TERCER DOMINGO de CUARESMA titulado: 
"LOS  ECHÓ A TODOS"
La REFLEXIÓN es siempre sugerencia inicial, para elaborar un COMENTARIO COLECTIVO, con tu experiencia de FE. Cada un@ puede intervenir y aportar, si quiere y cuando lo desee. Más ABAJO encontraremos comentarios del DOMINGO PASADO -2da semana de Cuaresma- : 
  "SE TRANSFIGURÓ"  

UN ABRAZO
Bernardino



                      "LOS ECHÓ A TODOS"                            

A los cincuenta años del inicio del Concilio Vaticano II, podríamos repetirnos la pregunta preocupada del papa Pablo VI: “Iglesia, ¿qué dices de ti misma?”. Se puede ver como la iglesia va mejorando la organización, racionalizando la administración, pero, ¿cómo podría fortalecer el seguimiento de su Señor, liberándolo de todas ataduras, sólo guiada por la luz de la Palabra y la fuerza del Espíritu?
Al inicio del evangelio de san Juan vemos un acontecimiento que inspirará a Jesús a lo largo de toda su actividad evangelizadora, y que podría inspirar el camino de renovación de la iglesia.

 Leemos en el Evangelio de Juan 2, 13-25:                                                
Se acercaba la Pascua de los judíos...
Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: «Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio».
Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura:
"El celo por tu Casa me consumirá".
Entonces los judíos le preguntaron: «¿Qué signo nos das para obrar así?"
Jesús les respondió: «Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar».
Los judíos le dijeron: «Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y Tú lo vas a levantar en tres días?"
Pero El se refería al templo de su cuerpo. Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que El había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado.
Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta de Pascua, muchos creyeron en su Nombre al ver los signos que realizaba. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba que lo informaran acerca de nadie: El sabía lo que hay en el interior del hombre.
PALABRA DEL SEÑOR


  COMENTARIO  

Con motivo de la fiesta de Pascua...
había mucha gente en Jerusalén. Todas las familias judías tenían que ir al templo a sacrificar un cordero para la cena pascual.
Jesús también llegó a Jerusalén, “y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas”. No encuentra en el templo a peregrinos orando, sino a “vendedores” y “cambistas”. Aprovecha el momento para hacer un gesto clamoroso: “Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas”. Es un gesto que no nace simplemente de una reacción indignada, instintiva y momentánea. Es el gesto esperado por la tradición religiosa de Israel, que aguardaba a un Mesías que iba a purificar el templo, echando a todos los que lo profanaban. Por eso Jesús dice a los vendedores de palomas: “Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio”. A esa condición había llegado el templo: “casa de comercio”. Era en el mismo tiempo lugar de culto, palacio legislativo y sede del poder religioso y político, banco que acuñaba moneda y casa de cambio, porque no se podía pagar el tributo para el templo y comprar las ofrendas con dinero que tuviera imágenes paganas. Se cuidaba la pureza del dinero, no la del corazón. El templo era el gran instrumento de dominación y explotación del pueblo.
Los discípulos, viendo la intervención de Jesús, piensan que ha llegado el día de la purificación del templo y de la renovación del culto por mano de un Mesías poderoso, descendiente del rey David, que iba a liberar el país de la opresión extranjera. Pero Jesús, echando “a todos del templo”, demuestra que no quiere sólo purificar el templo y reformarlo, sino que quiere vaciarlo. Ese culto, que transforma a Dios en un negociante más, que exige sacrificios y víctimas para otorgar sus beneficios, dando poder y riqueza a la clase sacerdotal, ya no tiene sentido.




Los sacerdotes entienden bien...
la fuerza profética del gesto de Jesús, y le piden una prueba que demuestre la legitimidad de su actuación: “¿Qué signo nos das para obrar así?”. La legitimidad de Jesús viene del hecho que él es el Hijo, que manifiesta la intencionalidad original del Padre en relación al templo. Los peregrinos tenían que encontrar en el templo a un Dios que es Padre, que da vida y libera, que reúne y acoge con amor a sus hijos dispersos.





La respuesta de Jesús, 
ofrece una revelación absolutamente nueva. La relación con Dios no pasa a través de un templo, sino a través de su cuerpo entregado en la cruz. El signo que él presenta como legitimación es su pasión y muerte, el templo de su cuerpo que sus adversarios intentarán destruir y que Dios volverá a levantar en tres días, para una vida definitiva.
Ahora, en él, a través de él, todos tenemos acceso al Padre. Los templos materiales que seguimos construyendo tienen siempre una ambigüedad y un riesgo en sí mismos, pero pueden servirnos para orientarnos a Jesús y transformarnos a nosotros mismos en piedras vivas del templo de Dios, y para construir una familia de hermanos, en la igualdad y solidaridad, sin exclusiones o discriminaciones.






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                                             COMENTARIO DEL 2do DOMINGO de ADVIENTO                                    


Jesús se encuentra con representantes de los antepasados de su pueblo, que desde siglos está buscado a Dios con el deseo de cumplir su voluntad.
Los discípulos de Jesús viven este momento con mucho agrado y quieren mantenerlo así, construyendo carpas para que los ancestros retornados puedan convivir con Jesús, que tiene y es la respuesta a la búsqueda de su pueblo. Así lo hace saber Dios Padre: "¡Escúchenlo!".
Pero Dios Padre y los visitantes desaparecen y los discípulos están nuevamente solos con Jesús, que les dice que su misión todavía no ha terminado. Gastará y dará su vida por la construcción de Reino para todos los pueblos de todos los tiempos. Y después, impulsados por el Espíritu, sus seguidores deben hacer lo mismo, procurando que Jesús pueda encontrarse con los antepasados y las búsquedas de Dios de todos los pueblos y de todos los tiempos. Es la transformación que recordamos en Pentecostés: el encuentro, la repartición del mismo fuego, en todas las lenguas (y pueblos, con sus historias y sus culturas).
Gilberto, Oruro – Bolivia

* * *
Creo importante recordar que también la Virgen María, la madre de Jesús, dice casi las mismas palabras que la voz del Padre: “Hagan lo que él les diga”. La indicación de la Virgen coincide perfectamente con el mandato del Padre: “Escúchenlo!”. No hay otro camino.


Pedro, Cochabamba – Bolivia






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