Envío el breve comentario sobre el evangelio de este domingo:
“CUIDA la CASA”.
Como siempre, es sólo una sugerencia inicial, para que se pueda elaborar un comentario colectivo, con la experiencia y la reflexión de cada uno. Cada uno puede intervenir y aportar, si quiere y cuando quiere, sus opiniones y reflexiones, que luego serán enviadas a todo el grupo.
Más abajo, un aporte-retorno sobre el evangelio del domingo pasado:
“TENIA HAMBRE”.
Un abrazo.
Bernardino
"CUIDA la CASA"
Una sociedad dinámica...
agitada, ruidosa, y en el mismo tiempo una sociedad que no deja espacio a la reflexión personal, a la conciencia, a la contemplación, todos llevados a pensamientos comunes: o estás de un lado o estás del otro, sin posibilidad de un pensamiento original y una conciencia propia, aturdidos por la publicidad, dormidos en la corriente general.
Jesús tiene otra propuesta, como vemos en el evangelio de
San Marcos 13, 33-37:
1er DOMINGO de ADVIENTO 2011
Jesús dijo a sus discípulos:
Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento. Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela.
Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa: si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana. No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos.
Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!
Palabra del Señor
“Tengan cuidado”:
no es una exhortación a la sospecha y a la desconfianza, a instalar rejas y levantar muros de separación y protección, a mirar a todos como posibles enemigos y asaltantes. Es una invitación a tener un corazón despierto, a no pasar por este mundo dormidos, repitiendo pensamientos ajenos.
Estar prevenidos, despiertos, es una actitud necesaria, pero no es todavía un programa de vida. ¿Para qué estar despiertos? Para cuidar la casa. Jesús ha regresado al Padre, como el hombre de la parábola, y ha dejado “su casa al cuidado de sus servidores”.
Los “servidores” son los que escuchan la palabra del Maestro, de su Señor, y la ponen en práctica. Escuchar, conocer, amar la palabra del Señor, y hacerla vida concreta, para que la casa tenga cimientos firmes, y no sea edificada sobre arena. Una casa que es nuestro corazón, nuestro templo íntimo y secreto, desde el cual adoramos al Padre en espíritu y verdad; una casa que es la familia de los discípulos y discípulas de Jesús, que él va formando transmitiéndole los secretos del Reino de Dios; y una casa que es toda la humanidad y la creación entera, que tenemos que cuidar para nosotros y para las generaciones futuras.
Estar “prevenidos”...
Estar “prevenidos”...
nos permite realizar “cada uno su tarea”, sin que nadie pueda reemplazarnos, resistir a la fuerza arrolladora del pensamiento dominante, darnos tiempo para la contemplación, reconocer al Señor en las miles de formas de su venida diaria: “tuve hambre, tuve sed…”. Nos permite vigilar el camino de la sociedad, apoyando las energías liberadoras y denunciando las injusticias, percibir cuándo un mundo está muriendo y uno nuevo está naciendo. Nos permite vivir a la escucha del otro, de “sus angustias y tristezas, de sus alegrías y esperanzas”, y conmovernos frente a las huellas de Dios en la historia, en la respiración de la tierra y en la belleza de la creación.
Y estar preparados para el encuentro último, cuando abriremos los ojos a la plenitud de la vida en el Reino: la noche se hará día y Dios nos iluminará con su luz para siempre.
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Comentario del pasado del DOMINGO PASADO OSM 2011
En el evangelio de san Mateo 25, de 31 a 46, se muestra una enseñanza muy bella, que señala a los que descubrieron a Jesús en los más necesitados, principalmente en los pobres. Nos preguntamos entonces qué será de todos los que creen que estando en un templo una media hora ya es más que suficiente para pretender ser llamado cristiano. Es una enseñanza parecida al evangelio donde los discípulos le reclaman a Jesús: “Hemos visto a otras personas que en tu nombre expulsan demonios (el alcoholismo, la drogadicción, el materialismo, etc.). Y él les responde que está bien y que no se escandalicen, porque hay grupos o personas que se dedican a hacer por los demás sin aparentar. Especialmente en estos tiempos, donde los niños en las calles sufren el abandono de esta sociedad materialista, ya viene la época de Navidad, donde el consumismo es el objetivo final y no la reflexión sobre el recordatorio del nacimiento de un niño, que en su vida nos dejó un mensaje de amor, justicia, derecho y paz. Ojalá sirva para reflexionar: Cada día nos encontramos con Jesús en las calles: en el anciano o anciana, en un niño que nos pide pan, y pasamos de largo, porque estamos yendo al templo.
Francisco, Oruro – Bolivia
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Un profesor de mi pasado decía: "Cuán desafiante es pedirle a Dios que podamos ver como él mira", y así es. La mirada de nuestro Señor Jesucristo carecía de desamor, de indiferencia, de frialdad, de interés. Su mirada estaba llena de dulzura, ternura, perdón, empatía, misericordia y salvación. Cuando trato de mirar así a mi prójimo, dejo de ser yo, con mis egoísmos y otras cárceles interiores. Cuando trato de mirar con los ojos de Cristo es el Espíritu Santo que se encarga de mí como su instrumento y actúo con quien sea, donde sea, empatando en su situación, para honra y gloria de Dios.
Haydee, La Paz – Bolivia