Querido/a Amigo/a:
Te envío el breve comentario sobre el evangelio de este domingo:
“El buen Pastor y el asalariado”.
La reflexión, como siempre, es sólo una sugerencia inicial, para que se pueda elaborar un comentario colectivo, con la experiencia y la reflexión de cada uno. Cada uno puede intervenir y aportar, si quiere y cuando quiere, sus opiniones y reflexiones, que luego serán enviadas a todo el grupo.
Abajo un aporte-retorno sobre el evangelio del domingo pasado:
“Les abrió la inteligencia”.
Un abrazo... Bernardino
El “buen Pastor” y el “asalariado”
Ahora, el desafío para nosotros es recuperar la riqueza del mensaje, siempre actual, contenido en imágenes que pertenecen a otra cultura.
Leemos en evangelio de san Juan 10, 11-18
Jesús dijo: “Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas.
El asalariado, en cambio, que no es el pastor y al que no pertenecen las ovejas, cuando ve venir el lobo las abandona y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa. Como es asalariado, no se preocupa por las ovejas.
Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí – como el Padre me conoce a mí y Yo conozco al Padre – y doy mi vida por las ovejas.
Tengo, además, otras ovejas que no son de este corral y a las que debo también conducir: ellas oirán mi voz, y así habrá un solo rebaño y un solo Pastor.
El Padre me ama porque Yo doy mi vida para recobrarla. Nadie me la quita, sino que la doy por mí mismo. Tengo el poder de darla y de recobrarla: éste es el mandamiento que recibí de mi Padre”.
PALABRA del SEÑOR
COMENTARIO
Aparecen en este texto del evangelio...
dos figuras típicas: una es la del “buen pastor”, y la otra del “asalariado”. Lo que las distingue es la diferente actitud para con las ovejas. La característica del “buen pastor” es que él “da su vida por las ovejas”. La característica del “asalariado”, “al que no pertenecen las ovejas”, es que él “no se preocupa por las ovejas”, y por eso “las abandona y huye” en el momento del peligro.
Más allá del lenguaje simbólico, el “buen pastor” es Jesús, que da su vida, y las ovejas amadas son sus discípulos. No se supone, en este texto, que haya otros “buenos pastores”, que hagan lo mismo que él hace. Jesús no es “uno” de los buenos pastores, es el “único buen pastor”, el verdadero pastor.
Más allá del lenguaje simbólico, el “buen pastor” es Jesús, que da su vida, y las ovejas amadas son sus discípulos. No se supone, en este texto, que haya otros “buenos pastores”, que hagan lo mismo que él hace. Jesús no es “uno” de los buenos pastores, es el “único buen pastor”, el verdadero pastor.
y su figura emerge con mayor claridad si tenemos en cuenta, por contraste, que existe también la figura opuesta, la del “asalariado”, que se interesa igualmente por las ovejas, pero únicamente animado por sus intereses y no por el bien de las ovejas. Es evidente en Jesús la referencia a los pastores de Israel. Ya el profeta Ezequiel había escrito: “Profetiza contra los pastores de Israel, profetiza diciéndoles: ¡Pastores!, esto dice el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿No son las ovejas lo que tienen que apacentar los pastores? Se comen su enjundia, se visten con su lana, matan a las más gordas, y las ovejas no las apacientan. No fortalecen a las débiles ni curan a las enfermas ni vendan a las heridas; no recogen las descarriadas ni buscan a las perdidas y maltratan brutalmente a las fuertes. Al no tener pastor, se desperdigaron y fueron pasto de las fieras salvajes… Esto dice el Señor: Me voy a enfrentar con los pastores; les reclamaré mis ovejas, los quitaré de pastores de mis ovejas, para que dejen de apacentar a sí mismos los pastores; libraré a mis ovejas de sus fauces, para que no sean su manjar” (32, 2-5. 10).
Pero cuando Juan escribe su evangelio, la mirada iba ya a todos los “asalariados” de todos los tiempos, que dejan que las ovejas sean arrebatadas y dispersadas.
La relación de Jesús...
Pero cuando Juan escribe su evangelio, la mirada iba ya a todos los “asalariados” de todos los tiempos, que dejan que las ovejas sean arrebatadas y dispersadas.
La relación de Jesús...
con los suyos es de “conocimiento” recíproco: conocer y ser reconocidos, como profunda y humana necesidad, y con toda la riqueza que la palabra “conocimiento” tiene en la Biblia, una relación que por parte de Jesús llega al extremo de ofrecer vida hasta dar su vida, y por parte de la comunidad la adhesión a él y la escucha y cumplimiento de su palabra. Hay en esta afirmación un adelanto y una explicación del misterio pascual, de una vida entregada por amor.
Existe entre Jesús y los discípulos una relación parecida a la que se da entre Jesús y el Padre. Difícilmente podemos entender la fuerza de esta revelación. Muchas veces Jesús dice que él y el Padre son una cosa sola. A la misma comunión de amor son introducidos los discípulos. Y no sólo algunos. A toda la humanidad Jesús se manifiesta como pastor: un solo rebaño, en la diversidad de los pueblos y de las culturas, todos invitados a oír su voz y seguir su camino. Para todos Jesús ofrece libremente su vida. Es la forma de su plena realización: “el que pierde su vida la encontrará”, cumpliendo ya en sí mismo el único mandamiento que ha recibido del Padre y que entregará a sus discípulos: “Ámense, como yo los he amado”.
Existe entre Jesús y los discípulos una relación parecida a la que se da entre Jesús y el Padre. Difícilmente podemos entender la fuerza de esta revelación. Muchas veces Jesús dice que él y el Padre son una cosa sola. A la misma comunión de amor son introducidos los discípulos. Y no sólo algunos. A toda la humanidad Jesús se manifiesta como pastor: un solo rebaño, en la diversidad de los pueblos y de las culturas, todos invitados a oír su voz y seguir su camino. Para todos Jesús ofrece libremente su vida. Es la forma de su plena realización: “el que pierde su vida la encontrará”, cumpliendo ya en sí mismo el único mandamiento que ha recibido del Padre y que entregará a sus discípulos: “Ámense, como yo los he amado”.
TUS COMENTARIOS
SON IMPORTANTES
te esperamos en:
Les abrió la inteligencia .............................22 / 4
En la lectura del evangelio de san Lucas se manifiesta principalmente la importancia del retorno del “líder”, que en un momento determinado habría sido asesinado y desaparecido para escarmiento de quien hizo una propuesta en contra todo tipo de injusticias que ocurrían en este contexto. Los seguidores o sus discípulos que habían perdido la fe retornaban a sus pueblos quien sabe con la idea de la derrota, pensando que todo había terminado. Sin embargo, cuando Jesús aparece ante ellos y reparte el pan luego de bendecirlo, retorna a su memoria la propuesta que les hizo cuando se despedía, les dijo que hagan en su memoria el acto de compartir y repartir el pan. Este hecho es tan importante hasta nuestros días, sin embargo ocurre lo contrario en nuestra sociedad individualista. Muchos pueblos del mundo sufren la falta de un pan a causa del poder de unos cuantos quienes más se ocupan de comprar armas que en repartir el pan. En la misma Iglesia se observa que existe un afán de poder que adormece antes que proclamar la liberación y la construcción de un reino de justicia y derecho.
Francisco, Oruro – Bolivia
Francisco, Oruro – Bolivia
********************************************************************************
Los discípulos de Jesús tienen cada uno sus dudas y sus experiencias propias en relación a la resurrección de Jesús. En grupo, grupitos y individualmente, de distinta manera. Entre ellos comparten sus encuentros con el Resucitado; nadie queda excluido.
Jesús demuestra cómo su camino de vida ("thaki" en Aymara), que es el de su Padre, es la huella a seguir. A pesar de que las puertas del miedo siguen cerradas, ya proclama el gran desafío: poner en práctica que la Buena Nueva es para todos, para todas las naciones. Los discípulos empiezan a entender lo que les toca vivir. La nueva fuerza del Espíritu ya se está manifestando.
Jesús nos sigue llamando a la conversión y por eso nos confía los unos/as a los otras/os.
Jesús demuestra cómo su camino de vida ("thaki" en Aymara), que es el de su Padre, es la huella a seguir. A pesar de que las puertas del miedo siguen cerradas, ya proclama el gran desafío: poner en práctica que la Buena Nueva es para todos, para todas las naciones. Los discípulos empiezan a entender lo que les toca vivir. La nueva fuerza del Espíritu ya se está manifestando.
Jesús nos sigue llamando a la conversión y por eso nos confía los unos/as a los otras/os.
********************************************************************************
Lucía, Montevideo – Uruguay
Este evangelio me llama a la conversión en cuanto a la resurrección. A veces la celebramos y nos alegramos, pero todo continúa igual, sólo queda en ritos, mi vida no cambia. Quiero ser discípula y seguidora de Jesús, pero convencida de esa resurrección y de una verdadera transformación. ¿Cómo? Creyendo verdaderamente en la resurrección, sin mirar atrás, sin alejarme de la verdad y creyendo en la palabra. Además reconociendo a Cristo en los demás. Los discípulos de Emaús no creyeron en sus palabras y volvieron a sus tareas cotidianas y peor no lo reconocieron en el camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario