"ÁMENSE LOS UNOS A LOS OTROS"

viernes, 23 de septiembre de 2011

"DEL DICHO al HECHO hay un LARGO TRECHO"

 

















Querido/a Amigo/a:

Envío un breve comentario sobre el evangelio de este domingo:
Del dicho al hecho hay un largo trecho”.
Como siempre, es sólo una sugerencia inicial, para que se pueda elaborar un comentario colectivo, con la experiencia y la reflexión de cada uno.
Cada uno puede intervenir y aportar, si quiere y cuando quiere, sus opiniones y reflexiones, que luego serán enviadas a todo el grupo.
En el archivo adjunto, un aporte-retorno sobre el evangelio del domingo pasado:
Un Dios “injusto.

  Un abrazo.
  Bernardino















  Lectio:   Domingo 26 del Tiempo Ordinario    -  Ciclo A  -     25 de Septiembre                        

       Del dicho al hecho hay un largo trecho   

“Del dicho al hecho hay un largo trecho”. Jesús nunca usa este proverbio, pero repite muy a menudo su contenido. A muchos nos pasa que decimos o enseñamos algunas cosas, pero nosotros mismos no las ponemos en práctica. A veces hablando con sinceridad, simplemente no logramos cumplir lo que decimos. Otras veces decimos cosas en que no creemos, y no las llevamos a la práctica. La coherencia entre palabra y vida es un desafío constante.

                    Nos dice el Evangelio de san Mateo 21, 28-32:   

Jesús dijo...
a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«¿Qué les parece? Un hombre tenia dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: "Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña". Él respondió: "No quiero". Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y éste le respondió: "Voy, Señor", pero no fue.
¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre? «El primero», le respondieron.
Jesús les dijo: «Les aseguro que los publícanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios. En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publícanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él».

Palabra del Señor



Introduciendo esta comparación...
esta parábola dirigida a las autoridades religiosas y civiles, Jesús les hace esta pregunta: “¿Qué les parece?”. Evidentemente Mateo quiere que conteste también su comunidad, y también nosotros. ¿Qué nos parece de la actitud de los dos hijos, de los cuales uno dice “no” al padre, y luego le obedece, y el otro le dice “sí”, y luego no le obedece? ¿En cuál de los dos hijos nos reconocemos, si en lugar del dueño de la viña ponemos a Dios? Mateo desearía que no imitemos a ninguno de los dos hijos, y que simplemente digamos “sí” a la voluntad del Padre y la cumplamos. Pero, para quedarnos en los protagonistas de la parábola, la enseñanza que sacan los oyentes de Jesús es que el hijo que dijo “no” al padre y luego le obedeció, cumplió realmente la voluntad del padre, y el otro no la cumplió, aunque había dicho “sí”.


Es demasiado fácil leer hoy esta parábola...
y limitarnos a decir que el pueblo de Israel es el hijo que dijo “sí” a Dios y no cumplió, mientras que el nuevo pueblo de Dios que viene del mundo pagano, después de haber dicho “no” a Dios, finalmente se convirtió y obedeció a Dios. Probablemente es éste el primer nivel de interpretación.
Pero el cuestionamiento va más en profundidad. En el pueblo de Israel había cumplidores de la Ley, que en realidad no cumplían la voluntad de Dios, y había transgresores (publicanos y prostitutas) que ya con la predicación de Juan el Bautista se habían convertido, precediendo a los mismos discípulos de Jesús. Publicanos y prostitutas cambian su vida, mientras que los jefes religiosos, que con sus palabras adoraban a Dios, quedan atados a su ambición y arrogancia, sirviendo únicamente a sus intereses.


El pueblo de Israel ...
tenía una renovación ritual de la alianza con Dios, y repetía anualmente su compromiso: “Nosotros haremos todo lo que Dios nos ha dicho”, y luego no lo hacía. Es María, la madre de Jesús, que en la Anunciación dice “sí”, en nombre suyo y en nombre de la nueva humanidad, y se entrega a la voluntad de Dios.
Cumplir la voluntad del Padre es la enseñanza de esta parábola del evangelio de Mateo, en coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos: “No el que diga ¡Señor, Señor!, entrará en el Reino de Dios, sino el que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos”. Es lo que pedimos en el ‘Padre nuestro’, “hágase tu voluntad”: ser cumplidores de la voluntad de Dios, realizando con palabras y hechos el proyecto de Dios que Jesús nos ha revelado. ¡Cuántas personas en el mundo viven de esta manera, cumpliendo la voluntad de Dios, sin hablar mucho, perteneciendo a veces a distintas religiones! Y ¡cuántas personas realizan ese mismo proyecto de Jesús, pero le dicen “no” de palabras y lo rechazan, escandalizadas por las actitudes de muchos creyentes, que no hacen lo que dicen! El culto verdadero a Dios es el culto que realizamos con nuestra vida, mientras a veces nos conformamos con la repetición rutinaria de algunos ritos, sin que ellos nos cambien realmente, como el hijo de la parábola que dijo: “Voy, señor, pero no fue”. No queremos merecer ese duro juicio de Jesús: “En la cátedra de Moisés se han sentado los letrados y los fariseos. Hagan y cumplan todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque ellos dicen, pero no hacen”.


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 Comentario  DEL PASADO DOMINGO  18 Septiembre                              OSM  2011 
                            Un Dios “injusto”                   

Siempre recuerdo esas reuniones de Lectio Divina, que hacían remecer nuestros corazones para buscar en algún momento de nuestra existencia, en esta tierra, lo mejor de ser cada día: un cristiano, un buen hombre con buena tierra. En realidad, de eso se trata, de ir cultivando nuestros corazones, nuestra alma cada día más junto a Cristo.

Yenny y Luis, Coyhaique – Chile

* * *

Creo que esta parábola, nos enseña la justicia de Dios, su sabiduría. Es muy importante cuando el patrón le dice: “¿Acaso soy injusto contigo? Te estoy pagando lo que hemos acordado. Quiero dar a este, que llega último, lo mismo que a ti. ¿Porqué tomas a mal que yo sea bueno?”. Su sabiduría hay que aprenderla, para llegar a entender y ponerla en práctica. Hay que tener el corazón abierto, esperando que el Señor, por medio de su palabra, nos lo llene de amor, para poder aplicar su sabiduría.
Esta parábola nos enseña a servir a lo demás, a dedicar nuestra vida a amar a nuestros hermanos sin esperar que por haberlo hecho vamos a tener un sitio privilegiado en el reino del Señor. El Señor nos ha dicho: si amamos a nuestros hermanos como él no ha amado, entraremos, al Reino de los cielos. Eso es lo que nos ha prometido. Es como lo del denario: un denario por jornal. Pero si algún hermano recién se convierte y entiende el mensaje del Señor, y su palabra le ha tocado el corazón, aunque este hermano no haya entregado toda su vida a amar a su prójimo, sino lo ha hecho en la ultima etapa de su vida, y la entendió, sin saber que el premio es el Reino e los cielos, el Señor va a albergarnos a todos por igual, al que dedicó toda su vida, al que recién lo conoció, a todos por igual, sin preferencias, y los últimos serán los primeros. Al final todos vamos a estar en el Reino de los cielos, todos los que hayamos amado a nuestros hermanos como Dios nos amó. Que interesante parábola para aplicarla en nuestra vida.

Fernando, Oruro – Bolivia

* * *

La parábola nos refleja a nosotros que nos consideramos llamados. Él nos ha llamado a distintos momentos de nuestra vida, pero como el dueño de la viña es Él, no somos dignos de pedirle nada, porque Él con su gran misericordia nos ha proporcionado las capacidades para realizar lo que nos toca hacer. Si Él no nos hubiera llamado ¿qué sería de nosotros?
El Padre siempre da lo que quiere y a quién quiere y como quiere, porque Él es el dueño de todo. Hemos nacido para Él y hacia Él debemos caminar y llevar a otros al conocimiento de su persona, para que encuentren el verdadero sentido a la vida.
El vivir en comunidad es difícil. Al leer la vida de Santos, no la pasaron bien en su comunidad, si miramos con los ojos del mundo, pero el Señor los preparó para algo mucho mejor: estar en su presencia, en la vida eterna.
Aceptar que el Señor ha dispuesto el lugar para realizar el trabajo, siendo nosotros el instrumento por el cual se manifieste, sin quitarle a Él el honor y la gloria, abandonándonos como hijos en los brazos de su padre, en el trabajo de su viña.

María Teresa, Santiago – Chile

* * *

Los trabajadores de la primera hora entraron en acuerdo, es decir, entraron en un tipo de contrato. Hicieron un trato con el propietario de la viña. Los otros trabajadores – a partir ya de los de la media mañana – solo escucharon que se les iba a pagar lo que sea justo. Y los trabajadores de la última hora... solamente fueron invitados con las palabras: “Vayan también ustedes a mi viña”.
Al momento del pago, todos reciben un denario. Pero los de la última hora no solamente recibieron un denario, sino además fueron los primeros en ser pagados. El propietario deja conocer una opción preferencial por estos compañeros de la última hora.
El reclamo, el disgusto de los de la primera hora, nos hace pensar en el hijo mayor que – igual – también reclamaba y se quejaba y se enojaba contra su padre y incluso no quiso entrar a la fiesta celebrada en honor de su hermano menor, el hijo pródigo, cuando éste había vuelto a casa. Algo muy similar por cierto, esta actitud de los trabajadores de la primera hora, me parece.
Jesús nos hace reflexionar sobre nuestro tipo de relación que queremos mantener con Dios, su Padre (y en realidad también sobre nuestra relación con todos los demás). Hay los que queremos entrar en un tipo de contrato con Dios, cuando pretendemos tener todo bastante bien definido y bajo control: los reglamentos y las exigencias, los derechos y las obligaciones de ambas partes.
O se puede entrar en una relación de lo gratuito con Dios. Una relación de gratuidad, sin definir cláusulas ni firmar contratos. En el segundo caso, Dios logra verdaderamente ser Dios, un Dios que nos ama incondicionalmente, cuyo amor no tendríamos que ganar con nuestros supuestos méritos.
Jesús deja entender que Dios prefiere este segundo tipo de relación, una relación basada en la confianza, la amistad y la justicia de Dios. Además deja entender a los primeros que no deberían oponerse a este tipo de relación. Es decir, que los primeros no deberían intentar controlar la relación que tenga Dios con estos otros, aparte de pretender controlar en primer lugar ya su propia relación con Él.
Todos y todas estamos invitados a seguir creciendo y madurando para acercarnos más a este segundo tipo de relación con Dios y con los demás.

Gerardo, Oruro – Bolivia

* * *

 “Nadie nos ha contratado”. Además de otras interpretaciones, estas palabras me impresionan y me chocan. Yo creo que lo importante en la vida de cada persona, desde el niño hasta el viejo, es que alguien la ‘contrate’, o mejor le de la posibilidad de ser útil al mundo o a otras personas, para cualquier tarea que pueda cumplir. Ser o sentirse inútil es una de las experiencias más amargas que se puedan hacer: el dueño de la viña llega a hacer que cada uno de los que esperaban un trabajo se sienta útil, también los últimos que con toda probabilidad habían perdido toda esperanza.
Personalmente yo siento que mucho de lo que he ofrecido y sigo ofreciendo a muchas personas y grupos (especialmente en el mundo de la iglesia italiana y de la universidad) muchas veces no es aceptado ni tampoco tomado en consideración. ‘Tu, tus competencias, tus servicios no nos interesan’; aun peor, nadie te contesta.
La parábola nos da consolación. Nos enseña que tenemos que esperar que, aunque los hombres no valoricen nuestros talentos (y ésta es sin duda una cruz amarga para algunos), habrá un Dueño bueno que nos hará sonreír y entenderá todas nuestras capacidades, nuestra buena voluntad, y las semillas que hemos buscado plantar y no han fructificado porque nadie las ha acogido.
Gianni, Milano – Italia

* * *

La Lectura Bíblica me lleva directamente a Eduardo -70 años- en la Lima de los ´90. Pertenecíamos al grupo SHEMA; él caballero amable y extrovertido, de voz grave. Recuerdo que lamentaba no haber compartido la experiencia del DIOSVIVO en COMUNIDAD eclesial en su juventud o adultez… -¿cuántos años perdidos? Murmuraba dándose cuenta cómo hubiera afectado su vida un encuentro con JESUS  y el próximo - … Sin embargo como sabemos el DIOSHABLAHOY le dio respuesta en momentos del leer este texto, se sintió un trabajador MAS de la VIÑA DE LA ULTIMA HORA, con todos los derechos y deberes que le ofrecía el dueño de ella. 

 Gustavo - Cochabamba







 
¿¿¿ Por qué ???                           

¿Por qué hacemos preguntas cuya respuesta no queremos escuchar?
¿Por qué decimos cosas que no son lo que pensamos?
¿Por qué es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que en el nuestro?
¿Por qué se nos hace tan sencillo criticar y tan complejo comprender?
¿Por qué condicionamos nuestros sentimientos a los sentimientos de los demás?
¿Por qué nos creemos con el derecho moral de criticar las decisiones ajenas?
¿Por qué hacemos cosas a los demás que no queremos que nos hagan a nosotros?
¿Por qué decimos lo que no hacemos en lugar de hacer lo que no decimos?
¿Por qué creemos que somos muy listos y los demás muy tontos?
¿Por qué nos cuesta tanto recordar y tan poco olvidar?
¿Por qué decimos que no, cuando es que si...?
¿Por qué creemos que los demás son tan distintos de nosotros?
¿Por qué hablamos con 4 personas a la vez y nos molesta cuando uno no nos habla?
¿Por qué queremos que los demás sean como nosotros esperamos?
¿Por qué a nadie le interesan los perfiles, pero todo el mundo los ve?
¿Por qué nos justificamos con el "yo soy así" pero no aceptamos a los demás?
¿Por qué es más fácil esperar que pedir...?
¿Por qué pedimos si no estamos dipuestos a dar...?
¿Por qué es tan sencillo criticar y tan dificil aceptar las críticas?

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